'Maskirovka'

Hoy otras guerras han sustituido a las de entonces. Satán reina en majestad y sonríe satisfecho, el horror nunca acaba. La guerra entre Ucrania y Rusia, que nos afecta a todos, continúa. El otro día decía Zelenski que él apoya el uso de tácticas no convencionales para defender a su país y añadía que «cuando ha muerto tanta gente en fosas comunes y se ha torturado a nuestro pueblo, creo que tenemos derecho a emplear cualquier truco». Pues de trucos, engaños, 'maskirovka' en ruso, de aquel 'Día-D' es de lo que les voy a hablar.

El engaño de los aliados a Hitler en el desembarco de Normandía fue mayor que la 'maskirovka', engaño militar, de Stalin en la Operación Bagatrión del 22 de junio de 1944, cuyo único objetivo era enredar a las fuerzas alemanas y mantenerlas entretenidas en el este para que no se dirigieran a Normandía a evitar el avance aliado por Europa.

El agente doble Juan o Joan Pujol García, 'Garbo' para los aliados y 'Arabel' para los alemanes, tenía la misión de hacer creer a los germanos que el desembarco aliado se produciría en Calais, a 247 kilómetros de Normandía, y lo consiguió.

El plan lo organizó en Lisboa. Filmó falsos campamentos, carros blindados de caucho, barcazas fondeadas frente a Dover, puertos de cartón, en fin, todo un montaje tan bien hecho que Rommel dio orden de trasladar las tropas a Calais, lo que hizo que tardasen dos días en llegar a Normandía después del desembarco.

Hubo muchos más engaños, siempre hay engaños en las guerras, y no solo por parte de los aliados sino también por parte de los alemanes. Uno de los trucos con más éxito del propio Hitler consistió en atacar a los aliados en junio de 1940 atravesando los bosques de las Ardenas, que se creían infranqueables, y lanzarse sobre las sorprendidas fuerzas francesas y británicas, que huyeron como pudieron a Dunquerque, desde donde tuvieron que ser evacuadas; lo de los pequeños barcos particulares que fueron a rescatarles es más leyenda que realidad.

El camino hacía París estaba abierto. El 23 de junio Hitler cumpliría el sueño de ver la capital francesa junto a su arquitecto, Albert Speer, y el famoso escultor Arno Breker. Solo estuvo unas horas, una foto en el Trocadero frente a la Torre Eiffel recoge el instante.

Unos días antes del 'Día-D' se llevó a cabo la Operación Copperhead en el Mediterráneo occidental, que, aunque no tuvo trascendencia, no dejó de ser curiosa. El actor David Niven, entonces teniente coronel, reclutó como doble del general Montgomery al teniente Clifton James, que luego se convertiría también en actor, y le hizo pasearse por Gibraltar y Argel para hacer creer a los alemanes que la invasión europea no era inminente.

Sin embargo, durante el 'Día-D' no todo fue heroico ni simplemente un ramillete de trucos astutos. El miedo de aquellos chicos ingleses y americanos hacinados en las barcazas sabiendo que muchos de ellos iban a morir lo refleja muy bien Steven Spielberg en 'Salvar al soldado Ryan'. Ese miedo y la muerte de muchos prisioneros de guerra alemanes, que fueron ejecutados inmediatamente por los aliados para ahorrar tiempo y recursos, mientras a otros los obligaban a andar sobre campos de minas o los utilizaban de escudos humanos, también forman parte de ese día.

Lo que ocurre es que la historia la cuentan siempre los vencedores y esconden los hechos que puedan perjudicar a su imagen. Y es que la guerra es la guerra, el odio genera odio y acabamos justificando las mayores atrocidades siempre que las hagan los nuestros. Sinceramente, no sé qué está pasando en Ucrania, la información que llega nos cuenta solo la crueldad de los rusos. De lo que está ocurriendo de verdad se enterarán nuestros nietos. Creo que la fiesta sigue muy animada en el Averno.