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'Buenos empleos' para una nueva sociedad
Buscamos trabajar para vivir y no vivir para trabajar, en especial los más jóvenes
Mikel Torres
Vicelehendakari y consejero de Economía, Trabajo y Empleo
Miércoles, 23 de octubre 2024, 00:02
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Mikel Torres
Vicelehendakari y consejero de Economía, Trabajo y Empleo
Miércoles, 23 de octubre 2024, 00:02
En junio entró en vigor, desplegando todos sus efectos, la Ley de Empleo Vasca, aprobada a finales del año pasado. Es la primera norma de ... empleo de nuestra comunidad autónoma tras más de 40 años de autogobierno, lo que no significa que no fuese una preocupación y una ocupación de anteriores gobiernos y del legislador vasco, que sin duda lo era, sino que ahora se plantea una visión completa, con perspectiva de futuro, en este ámbito, que se complementa con la Estrategia Vasca de Empleo 2030 y el Libro Blanco del empleo en Euskadi (2023).
Son muchos los elementos que aborda esta ley, descritos y explicados en su momento, por lo que quisiera centrarme en uno de los más importantes, y que va a ser fundamental en el devenir de la sociedad vasca los próximos años, especialmente para las personas que acaban de acceder al mercado laboral o están a punto de tener su primer empleo. Me estoy refiriendo a la calidad en el empleo, y de los llamados 'buenos empleos', una expresión relativamente reciente que va a adquirir cada vez más importancia y peso específico en nuestra sociedad.
De la misma manera que la primera y, sobre todo, la segunda Revolución Industrial cambiaron la forma y los métodos de trabajo y conllevaron nuevos derechos para los trabajadores que aún hoy disfrutamos -vacaciones remuneradas, horarios y jornadas de trabajo controladas y limitadas, seguridad y salubridad en el trabajo-, estamos ahora en una nueva coyuntura, impulsada por los tres retos (digital, medioambiental y demográfico) que van a desembocar, ya lo están haciendo, en una nueva revolución del trabajo y de los empleos de manera muy distinta a como los hemos venido conociendo.
Ya no basta con que un empleo nos garantice una retribución suficiente, unas condiciones laborales dignas o una perspectiva de crecimiento profesional adecuada, algo que sigue siendo necesario. Ahora necesitamos que sean 'buenos empleos', en los que el centro de la vida de una persona ya no es su trabajo, como ocurría hasta hace poco, sino que se prioriza la vida personal a la laboral. El trabajo ya no es el objetivo, es el complemento de una existencia mucho más completa, más holística. Buscamos trabajar para vivir, no vivir para trabajar, especialmente los más jóvenes.
Los empleos que van a venir buscan tener mejores expectativas de desarrollo personal e integración en la sociedad, libertad para expresar las opiniones, organización y participación en las decisiones que afecten a la vida. Nuevos empleos (o transformación de los actuales) en los que elementos como la conciliación o la igualdad de oportunidades y trato para todas las mujeres y hombres serán determinantes a la hora de elegirlos por las personas que opten a esos puestos. Porque ese es otro elemento distintivo del nuevo tiempo: ya no es la empresa la que elige a la persona trabajadora para un puesto, sino que hay una relación en un plano de igualdad, en el que los intereses deben ser coincidentes y ambas partes, empleador y empleado, van a quedar satisfechos por el acuerdo y posterior labor. Y esto debe alcanzar a todas las personas trabajadoras, con independencia de su nivel educativo, capacidades y situación social.
Además de todo lo anterior, la aplicación y expansión de la Inteligencia Artificial (IA) va a producir cambios que no somos capaces de avistar. Por poner un ejemplo, casi la mitad (el 44%) de las competencias de los trabajadores se verán alteradas, según el último informe del Foro Económico Mundial (2023) sobre los empleos del mañana, que se centra en los puestos y sectores más expuestos a la IA. Eso no significa que se vayan a perder puestos de trabajo o empeorar las condiciones de los existentes. Al contrario, supondrá sustituir los trabajos más tediosos y rutinarios, y a la vez permitirá destinar el capital humano, las personas, a labores más creativas, interesantes, motivadoras, en definitiva, y que también deberán estar mejor remuneradas y tener mejores condiciones.
Conseguir avanzar hacia una sociedad con mejores empleos nos concierne a todos y todas: a las empresas, a las personas trabajadoras, a los poderes públicos, a las instituciones y agentes sociales. Para hablar de todo ello y reflexionar al respecto, celebraremos mañana en Vitoria-Gasteiz el VII congreso de empleo 2024, donde profundizaremos sobre el significado de los buenos empleos, las buenas empresas y el impacto que tienen sobre la calidad de vida. El objetivo es extraer aprendizajes que nos permitan diseñar políticas públicas que faciliten las transformaciones necesarias para originar empleos de calidad. Políticas públicas de apoyo al tejido económico, de innovación y de formación.
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