![El mejor viaje del verano](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202107/18/media/cortadas/opi-segovia-kY3B-U1401058118812LRD-1248x770@El%20Correo.jpg)
El mejor viaje del verano
La mirada ·
Estas vacaciones necesitamos más que nunca un tiempo de silencio y quietud para crecer como individuosSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
La mirada ·
Estas vacaciones necesitamos más que nunca un tiempo de silencio y quietud para crecer como individuosNo corra. Lea con atención y quietud este artículo o no lo lea. Porque eso es precisamente lo que necesitamos este verano, quietud.
Hemos vivido un año aturdidos por los sentidos. Las escenas, imágenes, palabras, sonidos tan duros que hemos percibido durante este último año ... nos han afectado en gran medida. Necesitamos un tiempo para su digestión. Es tiempo para realizar un viaje interior de silencio y quietud.
A la ya de por sí estresante vida que llevamos de manera cotidiana, este año le hemos agregado la tensión extraordinaria que nos ha producido la pandemia. Nadie de nosotros ha salido indemne. A todos nos ha trastocado en una medida sustancial. Teletrabajar, quedarse encerrado en casa, escuchar duras vivencias del prójimo, incorporar incómodos hábitos, ver recortadas nuestras libertades… nadie ha salido indemne.
Esta vida estresante nos hace estar más pendientes de lo que va a venir que del aquí y ahora. Las veinticuatro horas que tiene el día cada vez nos parecen más cortas, no nos dan para todo lo que queremos hacer. Más aún cuando nos están forzando a modificar nuestros robóticos hábitos anteriores. Nos han roto la ecuación tan controlada que teníamos para optimizar nuestras rutinarias vidas.
Por otra parte, estamos en tiempo estival, y la mayoría de nosotros estamos deseosos de salir, de viajar fuera, aunque sea, dentro de nuestro propio país, pero lo más lejos posible de nuestras casas. Estamos cansados de ellas. Y creo que es bueno y sano hacerlo.
Sin embargo, no perdamos de vista otra variable, la del viaje interior. Estas vacaciones necesitamos más que nunca darnos un tiempo de silencio y quietud. Algunos dirán que lo hemos tenido durante todo este invierno. Y es cierto. Pero el cambio de ubicación y la luz al final del túnel nos permiten una ayuda extra para construir nuestra vida interior. Sin autoconocimiento, el resto es superficial.
No sabemos estar en silencio -quizás porque a veces nos da miedo encontrarnos a nosotros mismos- ni tampoco sabemos estar sin hacer nada. Nuestros abuelos sabían hacerlo mucho mejor que nosotros. Sin embargo, el silencio y la quietud nos ayudan a no estar en lo siguiente sino en lo que ahora estamos. Ahora usted está leyendo este artículo, olvídese del resto, lea despacio o deje la lectura para después, pero no lo haga rápido. Cualquier actividad realizada con atención construye vida interior.
Estas vacaciones tenemos una oportunidad de oro para realizar un viaje interior. Su fin no es sólo aprender, sino ir un poco más allá e incorporar nuevos hábitos en nuestras vidas, crecer como individuos. Darnos cuenta de que la definición de un propósito en nuestra vida es más importante de lo que creía hace un año. Darnos cuenta de que nuestras emociones positivas contagian a los demás. Percibir que voy a tener que aprender a vivir en la eterna incertidumbre, nada es estable y tengo que aprender a navegar en este mar. Darme cuenta de lo afortunado que soy por poseer lo que poseo y agradecer a la vida por ello, gente que me quiere, una libertad por encima de la que tuvieron nuestros antepasados…
Mi sugerencia es que defina un lugar mental, ojalá sea también físico, donde cree su santuario. Póngale nombre y apellido, que sea un lugar concreto. Un paseo determinado, unas vistas al mar que le relajan, correr o hacer otro deporte que le permita mantener su mente en el aquí y el ahora, meditar unos minutos al día. En definitiva, encontrar un lugar donde pueda reunirse sólo con usted mismo. En ocasiones no es tan sencillo, pero es necesario.
Tenemos que hacernos ese espacio de manera consciente. Lo necesitamos como el comer. Créese su propio santuario. En ese santuario de silencio y quietud, corrija el rumbo de su brújula cotidiana. No se deje llevar plenamente por el magnetismo de la sociedad, cree su pensamiento propio y siga un rumbo equilibrado entre ese norte magnético y lo que le marca su norte geográfico en el mapa.
Muchos de nosotros tendemos a decir que nos conocemos muy bien. Sin embargo, la realidad es que el autoconocimiento no es una posición, sino un proceso sin fin. Cuando las circunstancias cambian, nosotros también lo hacemos. ¿Acaso usted es el mismo hoy que cuando tenía dieciocho años? Las circunstancias de este último año han sido muy diferentes para absolutamente todos los seres humanos de este planeta. Por tanto, es más que probable que usted haya cambiado, aunque no lo crea. De hecho, si no lo cree, es probable que sea porque aún no ha realizado este viaje que le propongo.
Si no nos miramos hacia dentro, no nos conocemos. Si no nos conocemos bien, es difícil que nos queramos a nosotros mismos -con nuestros defectos y virtudes- y si no nos queremos a nosotros mismos, es imposible querer a los demás. No puedes dar lo que no tienes. Y de eso va la vida, de amar y ser amado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.