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Escobas digitales

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Las mujeres deben ser las protagonistas de la revolución tecnológica y garantizar su huella en la Euskal Herria del futuro

Lore Martínez Axpe

Afiliada de Eusko Alkartasuna y parlamentaria de EH Bildu

Jueves, 7 de marzo 2024, 00:03

Consolidación de la computación cuántica, resurgir de la Inteligencia Artificial/superinteligencia, industria 6.0, salud y vigilancia digital personalizada, 7G, revolución de la bioingeniería, androides investigadoras e investigadores… En pocos años la innovación de la tecnología digital y la Inteligencia Artificial o superinteligencia representarán una Euskal Herria que no conocemos y que quizás ni siquiera podamos imaginar.

En este tsunami de transformación digital y en un mundo en el que los avances tecnológicos afectan cada vez más a la vida de las personas, será necesaria la presencia de expertas y expertos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), por lo menos si queremos ser nosotras y nosotros los que realicemos esa transformación digital. Será necesario crear, adaptar, retener y atraer talento STEM, tendremos que crear una cantera tecnológica digital, que ahora, por desgracia, no tenemos.

Y en esa necesidad de talento debemos reflexionar sobre el papel que van a tener las mujeres. Si van a ser meras usuarias en esta revolución digital o van a tener la capacidad y la responsabilidad de crear, desarrollar, construir y transformar internamente la transformación digital.

Si las mujeres han de ser simples usuarias, bastará con seguir como hasta ahora; pero si deben ser participantes activas en la construcción de este país, si las mujeres van a aportar, tenemos un gran trabajo para que sean desarrolladoras tecnológicas. Afortunadamente cada vez hay más conciencia, pero es simplemente conciencia. Faltan políticas firmes para cambiar la realidad.

Los datos no dan visos de esperanza. Analizando los publicados el 9 de febrero por el Eustat referentes al curso 2021/2022, el número de mujeres que han optado por Ciencia y Tecnología en el Bachillerato se va incrementando hasta el 51,4%, pero en el Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales la presencia femenina es más acusada, del 62%.

En las matriculaciones universitarias, el 78% en Ciencias de la Salud son mujeres, mientras que en Ingeniería y Arquitectura no llegan al 29%. Y otro dato significativo: en ingenierías como la electrónica, la informática o la mecánica, son menos del 20%.

Con los datos de Formación Profesional Superior el escenario es similar: el 77% de las mujeres optan por salud y el 63,4% por química. En electricidad y electrónica representan el 7,1%, en fabricación mecánica el 11%, y en informática y comunicación el 15,1%. La actividad con mayor número de empleados es Ingeniería y Tecnología (63,6% del total de I+D), pero las mujeres solo representan el 28% de las plantillas.

Con estos datos se puede anticipar un futuro muy preocupante. Las mujeres continúan destacando en las áreas relacionadas con el cuidado y la salud, con una escasa presencia en los estudios y profesiones ligadas a la transformación digital.

Y la presencia de la mujer en el ámbito tecnológico no se conseguirá de un día para otro. Se debe empezar a trabajar en profundidad desde que las niñas son pequeñas, eliminando estereotipos, desarrollando habilidades espaciales, enseñándoles que los juguetes no tienen género, demostrándoles que con la tecnología pueden mejorar las vidas de las personas, presentándoles a mujeres referentes (si son cercanas, mejor), empoderando a las niñas, ampliando imaginarios sin límites y haciéndoles creer que pueden ser lo que quieran ser.

Para que este país avance y haga frente a los nuevos retos que vendrán necesitaremos mujeres y niñas. Las mujeres deben ser las protagonistas de esta revolución, incorporar su opinión, su forma de hacer, su experiencia y su visión en el desarrollo de la transformación digital, garantizar la huella de las mujeres tecnólogas en la Euskal Herria del futuro que estamos construyendo.

Como dice la canción de Xabi Solano, «somos herederas de las brujas que quemasteis. Tenemos las escobas de las brujas que quemasteis...».

Estas escobas tendrán que convertirse en escobas digitales y es nuestra responsabilidad configurarlas con feminismo digital, para destruir todos los sesgos y discriminaciones de la inteligencia artificial, superinteligencia y de todas las tecnologías digitales que vendrán, garantizar el euskera en el entorno digital, posicionarnos como nación, priorizar la digitalización verde y, cómo no, que la transformación digital que hagamos sea ética; en definitiva, para que pongamos a las personas y a la naturaleza en el centro.

Escobas digitales para que las mujeres también realicen aportaciones digitales y, a diferencia de muchas épocas históricas, lo hagan desde el liderazgo y desde el feminismo tecnológico y sean protagonistas de la Euskal Herria en la que les tocará vivir.

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