'Lingvo Internacia'

Ya saben, aprendimos latín con los romanos, francés con el gran Napoleón, inglés con el imperio norteamericano. Hoy hasta los talibanes hablan inglés, como comprobamos en la toma de Kabul, y algunos aseguran que el próximo idioma que nos tocará aprender será el chino. Lenguas e imperios van siempre del bracete.

La lengua a la que me refiero, es el esperanto. El esperanto se dio a conocer en 1887 en el llamado 'Unua Libro', 'Primer Libro', que Zamenhof firmó con el pseudónimo Doktoro Esperanto, doctor esperanzado. Al año de su publicación ya se había traducido a varios idiomas y ese mismo año apareció 'Dua Libro', 'Segundo Libro'.

Cuando Zamenhof publicó el manual de esperanto existía ya otra lengua planificada, el volapuk, del sacerdote alemán Johann Martin Schleyer. La ventaja de Zamenhof fue que aprendió de los errores que había detectado en el volapuk y pudo corregirlos, entre ellos uno de los más importantes, la dificultad de aprendizaje.

Y es que las lenguas son instrumentos, herramientas, es decir, sirven para algo, concretamente para comunicarnos, y la dificultad de su manejo les resta utilidad. Por eso la ley de economía lingüística, estrechamente unida a la eficiencia, siempre está ahí, procuramos transmitir la mayor cantidad de información posible con el menor número de palabras y, además, simplificamos su fonética: reloj, 'reló'; Madrid, 'Madrí'. Lo mismo hacemos con la ortografía, para muestra, nuestros 'whatsapps'.

Zamenhof escribió cuatro libros, 'Unua Libro de l'Lingvo Internacia', 'Dua Libro de l´Lingvo Internacia', 'Fundamenta Krestomatio de la Lingvo Esperanto' (1903), 'Fundamento de Esperanto' (1905) y, enseguida, crecieron los seguidores.

La vida del esperanto ha sido irregular. En los años 20, sectores del movimiento obrero vieron en el esperanto una manera de impulsar el internacionalismo proletario. Luego, en los años 30, con la llegada del nazismo, el esperanto fue perseguido debido a su carácter internacional, al hecho de que los movimientos obreros lo apoyasen y, además, porque su creador, Zamenhof, era judío.

Los nazis encarcelaron o mataron a los esperantistas más relevantes, los tres hijos de Zamenhof fueron víctimas del nazismo, y soportaron a otros que se plegaron a sus exigencias y expulsaron a los judíos de las asociaciones. Por fin, en 1935, se prohibió definitivamente en Alemania la enseñanza del esperanto por contribuir a la «debilitación de los valores esenciales del carácter nacional».

En Rusia, la Revolución vio con buenos ojos el esperanto, pero con Stalin los esperantistas sufrieron grandes purgas y muchos fueron ejecutados. Y ya en 1954, la Unesco reconoció en su Conferencia General los méritos de esa lengua.

En los últimos años ha habido un renacimiento del esperanto, se destaca su valor igualitario, los países ricos son los que imponen sus idiomas, mientras que el esperanto es neutral. Por último, si alguien está interesado en aprender esperanto, puede hacerlo en Duolingo, una página web de Estados Unidos que en abril de 2019 contaba ya con 800.000 alumnos.

'Cîuokaze, aferoj kiujokazas kiam langvj implikiagâs kun politiko', en fin, cosas que pasan cuando las lenguas se enredan con la política.