La imposible convivencia con el lobo
El Congreso debe acabar con el dislate de la regulación actual
Karlos Ibarrondo e Iñaki Goenaga
Presidentes de Enba-Bizkaia y Enba-Gipuzkoa
Miércoles, 4 de septiembre 2024, 00:03
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Karlos Ibarrondo e Iñaki Goenaga
Presidentes de Enba-Bizkaia y Enba-Gipuzkoa
Miércoles, 4 de septiembre 2024, 00:03
Los continuos ataques de lobos en la ganadería extensiva de Euskadi, principalmente en Álava y Bizkaia, han soliviantado este verano los ánimos de los ganaderos, que se ven impotentes. Quienes combinan los pastos de fondo de valle durante los meses de invierno con los pastos ... montanos durante la primavera y verano han sufrido las mayores consecuencias al ver cómo su cabaña es atacada, herida y muerta por una población del lobo que crece notablemente, como demuestran los últimos informes, tras la aprobación de una normativa por parte del Gobierno central que, al incluir toda la población del lobo presente en el Estado español en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), prohíbe su consideración como especie cinegética y, por lo tanto, su control poblacional mediante la caza; eso sí, siempre de forma motivada y autorizada.
Es en este contexto en el que acogemos con enfado no disimulado el artículo del diputado socialista por Álava, Daniel Senderos, publicado a mediados de agosto en este diario, al afirmar desde su titular que la solución es la convivencia con el lobo apelando a la ciencia y proponiendo únicamente medidas preventivas para aminorar y paliar los daños que sufre la ganadería. Unas medidas que, al parecer, se han aplicado exitosamente en otros territorios y latitudes, y a las que se aferran los políticos y colectivos medioambientalistas aun a sabiendas de que no son la solución para el sector ganadero. Y de que una iniciativa tan reiteradamente reclamada como el uso de perros mastines para la defensa del ganado frente al lobo es ineficaz y contraproducente en unos montes, como los de Euskadi, con una presencia humana tan fuerte, dada nuestra tradición montañera y los nuevos hábitos de los propietarios de la creciente población perruna que priorizan en ellos los derechos de sus perros frente a los derechos del ganado y de los ganaderos.
Por otra parte, se afirma que la decisión de incluir toda la población del lobo en el listado Lespre en septiembre de 2021 se basó en un criterio científico y teniendo en cuenta el estado de conservación del lobo. Todos los que seguimos atentamente aquel proceso somos conocedores de las argucias políticas, de los cálculos numéricos y de las presiones que sufrieron los representantes de varias comunidades autónomas que, dada su disposición geográfica (islas, Ceuta, Melilla, etc.), se vieron forzadas a secundar con su voto el posicionamiento de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Tras ello, en abril de 2023, la Comisión Europea comenzó a recopilar los datos poblacionales de grupos de expertos y de las principales partes interesadas, así como los notificados por las autoridades nacionales con arreglo a la legislación de la UE e internacional vigentes. La información aportada por varios países y las reclamaciones de los responsables de varias comunidades hicieron comprender a Bruselas que los datos de que disponían seguían sin ofrecer una imagen completa y suficiente.
Tras las oportunas consultas, con datos rigurosos aportados por los profesionales responsables de la gestión poblacional, en diciembre de 2023 la Comisión propuso un cambio sustancial que supone que el lobo se considere especie «protegida» en lugar de especie «estrictamente protegida». En la práctica, ello se traduce en la incorporación del lobo en el anexo V, «especies cuya explotación puede ser objeto de medidas de gestión», de la Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres en lugar del anexo IV («protección estricta»). Nuevamente la Comisión Europea vuelve a incidir en la necesidad de flexibilizar el régimen de gestión del lobo como respuesta a los desafíos que plantea el aumento de las poblaciones de lobos, especialmente para el pastoreo.
Unos meses después, el pasado 23 de abril, el pleno del Congreso de los Diputados aprobó la toma en consideración de la propuesta presentada por el PP para revertir a la situación previa al 22 de septiembre de 2021 gracias al apoyo de EAJ-PNV, Junts, UPN y Vox. La mayoría de PSOE y Sumar en la Mesa, a través de seis ampliaciones de plazo totalmente injustificadas, está impidiendo su tramitación y, con ello, su aprobación.
En este momento, cuando los ganaderos vascos sufren cada vez más ataques por los lobos, cuando la tozuda realidad nos demuestra que no hay convivencia posible de la ganadería con el lobo y cuando el Congreso tiene en sus manos la potestad de acabar, de una vez por todas, con este dislate político, como representantes de los ganaderos vascos solicitamos al propio Daniel Senderos y a su grupo político que dejen de poner palos en las ruedas y permitan abrir la puerta a normativas como la anterior que posibilitaban el control de la población del lobo y así facilitar una situación que, cuando menos, se aproxime a la coexistencia.
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