El sábado se celebró el Día Internacional de las Cooperativas, que en diciembre cumplen 180 años de existencia. Surgen como reacción a los excesos del capitalismo, para resolver desde la sociedad y la empresa problemas creados por el mismo en los trabajadores y familias de ... la época. Se inspiran en las ideas de los socialistas utópicos, pero sobre todo en Robert Owen, que poniendo en práctica sus ideales humanistas logró que la empresa que dirigía fuera la más grande en el sector textil inglés de su época y una de las más rentables de Europa. Esa capacidad de compaginar una preocupación por las personas y el éxito empresarial probablemente fuera la causa de la gran popularidad que adquirieron sus propuestas.
Sin embargo, la tarea de armonizar en la práctica los ideales humanistas y el realismo económico se reveló nada sencilla y la casi totalidad de las cooperativas creadas a partir de las ideas de Owen quebraron. No obstante, en diciembre de 1844, cerca de Manchester, nace una nueva sociedad que, manteniendo los valores iniciales de igual dignidad de todas las personas, solidaridad y cooperación, modifica el modelo inicial. Considera imprescindibles los beneficios para capitalizar la empresa y remunerar adecuadamente el capital que se va formando. Y elimina el cobro a crédito, en la base de los fracasos anteriores.
Además, traduce los principios morales en los que se inspira en ventajas para sus clientes y, por ello, se compromete a no vender alimentos adulterados ni engañar en el peso. Se adelantaba así 30 años a la ley inglesa que iba a regular el comercio y sentar las bases para la desaparición del fraude. Apuntaba otra de las características de las cooperativas: influir con su actuación en los cambios de los hábitos sociales en las relaciones económicas.
La nueva sociedad demostró su eficacia y surgieron en Inglaterra cientos de empresas similares y en otros sectores económicos, iniciando un fantástico crecimiento internacional que hace que hoy más de 720 millones de personas de todo el mundo tengan alguna relación con una cooperativa. Como contrapartida, se constata que después de 180 años de existencia estas sociedades no representan en ningún país más del 10% del PIB. Son una fórmula significativa pero no una alternativa mayoritaria a las fórmulas societarias tradicionales.
El cooperativismo vasco tiene personalidad propia. Como indica Antonio Cancelo -fundador de Eroski y uno de los referentes del cooperativismo vasco-, la fórmula de Arizmendiarrieta se distingue del resto del mundo, donse se da un cooperativismo de usuarios (consumidores en el caso de las sociedades de distribución, clientes en las cooperativas de crédito, agricultores en las agrícolas, vecinos en la de vivienda), mientras que el de Arizmendiarrieta pone el eje en las personas y es el trabajo el que tiene un valor fundamental como medio para su desarrollo y el de la sociedad.
Diferencia probablemente debida a que Arizmendiarrieta no tenía como objetivo un proyecto cooperativo, sino de transformación social, que comenzaba con la empresa a partir de los principios y valores del humanismo cristiano y la doctrina social de la Iglesia. 'Transformar la empresa para transformar la sociedad' era uno de sus lemas e incluso quiso inicialmente evitar la fórmula jurídica cooperativa por las connotaciones políticas que tenía entonces, aunque luego se adhirió a ella.
Fue innovador en muchos ámbitos cooperativos: promovió un modelo novedoso de sociedades industriales, sin prácticamente parangón en el mundo; inspiró una cooperativa de crédito igualmente única, en la que sus miembros no eran los clientes sino las empresas cooperativas que la fundaron; abrió también nuevas variantes, en las que se han inspirado cooperativas de investigación, facultades universitarias... Impulsó la cooperación entre empresas y confirió a la iniciativa un carácter ideológico no dogmático, subrayando el carácter de experiencia, para sintetizar valores humanos y competitividad en el mercado para resolver problemas de las personas y la comunidad.
En el País Vasco ha supuesto una referencia singular, con un estilo de hacer diferente y una influencia en el medio en el que actúa. Algunos valores del cooperativismo han sido asumidos progresivamente por empresas convencionales, tanto del País Vasco como de otras zonas desarrolladas, convencidas de que el aumento de la competencia internacional requiere implicar a los trabajadores en el proyecto empresarial.
No será posible establecer en el País Vasco un modelo distinto de la economía de mercado existente de hecho en todo el planeta, pero tal vez sí apuntar una adaptación original a esa realidad basada en el respeto a la igual dignidad de todas las personas, el desarrollo de sus potencialidades y su participación en el proyecto empresarial. Y que, además, pueda llevar a una economía tan ética como eficaz, que se preocupa también por la comunidad, sin olvidar la defensa de sus legítimos intereses particulares.
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