La literatura de ideas fue especialmente abundante entre los dos humanismos del Renacimiento y la Ilustración: proliferan las reflexiones antropológicas, políticas, sociales y humanas, que aún hoy sirven para pensar sobre el lugar del hombre en el Universo. A través de sus obras o sus ... acciones, muchos escritores se han implicado en la vida pública, política o social. Han sacado la literatura de los salones y la han convertido en vehículo de ideas, anclándola en su tiempo y defendiendo causas que consideran justas. He aquí algunos ejemplos célebres.
Publicidad
Las miradas del escritor, los estilos, las formas de expresión, las preocupaciones artísticas y las motivaciones han experimentado, asimismo, apreciables transformaciones. De estas variaciones no ha sido siempre consciente el creador, empeñado como está en la propia tarea creativa.
Desde un punto de vista sociológico nuevo, la concepción estética mantenida a lo largo de los ocho siglos de historia literaria española no ha sido estática ni homogénea. Los géneros literarios en los que han ido moviéndose los autores han variado; algunos han fenecido, otros han nacido. Lo que hoy tomamos como una novela o un cuento, un poema o un drama, ayer tenía otra consideración. El Renacimiento es el periodo que marca la transición de la Edad Media a la modernidad; es decir, los siglos XV y XVI en Europa.
El concepto «literatura de ideas» se refiere a todos los géneros argumentativos. El objetivo de los textos de este género es informar al lector, defender una tesis o, por el contrario, refutarla. Apelan a la razón y a la capacidad de razonamiento del lector.
Publicidad
El caso de 'El Quijote', de Miguel de Cervantes, es paradigmático. Remitámonos a ese texto. Don Quijote y Sancho, escasos de provisiones, reciben la hospitalidad de un grupo de cabreros. Para sorpresa de todos, el caballero andante, que hasta entonces había sufrido una sucesión de ataques de locura intercalados con interludios de lucidez, inicia un discurso sobre la Edad de Oro digno de los más grandes sabios.
Un pastor cuenta a Don Quijote y a su escudero la trágica historia de la pastora Marcela. La actitud altiva de esta bella joven, que desprecia a todos sus amantes, ha llevado a uno de ellos -el pastor estudiante Grisóstomo- a suicidarse. Durante el funeral de Grisóstomo, Marcela es descubierta por un amigo del difunto, Ambrosio, que se lo reprocha. Pero ante el asombro de todos, Marcela, lejos de lamentarse, se defiende y denuncia el injusto estatus que los hombres siempre han querido imponer a las mujeres. Marcela rechaza ese estatus y reivindica el derecho a elegir el tipo de vida que le conviene: una vida libre y ociosa en lugar de la existencia de una esposa sumisa, que rechaza porque es seguro que le traerá la infelicidad.
Publicidad
El discurso de Marcela lo dice todo: «Hízome el cielo, según vosotros decís, hermosa, y de tal manera que, sin ser poderosos a otra cosa, a que me améis os mueve mi hermosura; y, por el amor que me mostráis, decís, y aun queréis, que esté yo obligada a amaros».
«¿Por qué la ha de perder (la honestidad) la que es amada por hermosa, por corresponder a la intención de aquel que, por solo su gusto, con todas sus fuerzas e industrias procura que la pierda?». «Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos. Los árboles de estas montañas son mi compañía, las claras aguas de estos arroyos mis espejos; con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura».
Publicidad
«A los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras. Y si los deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Grisóstomo ni a otro alguno, el fin de ninguno de ellos bien se puede decir que antes le mató su porfía que mi crueldad».
«Que si a Grisóstomo mató su impaciencia y arrojado deseo, ¿por qué se ha de culpar mi honesto proceder y recato? Si yo conservo mi limpieza con la compañía de los árboles, ¿por qué ha de querer que la pierda el que quiere que la tenga con los hombres? Yo, como sabéis, tengo riquezas propias y no codicio las ajenas; tengo libre condición y no gusto de sujetarme: ni quiero ni aborrezco a nadie. No engaño a este ni solicito a aquel, ni burlo con uno ni me entretengo con el otro».
Publicidad
Difícil ser más actual si nos atenemos a la persistencia de considerar a la mujer como un objeto. Y además de tratar de la causa de las mujeres, estos textos son una excelente oportunidad de releer 'El Quijote'. Que no es poco.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.