Han pasado ya 29 años desde que un recordado alcalde Eduardo Vallejo de Olejua, sin desmerecer a sus dos predecesores, dignificó el día 26 de ... abril, realzando la conmemoración del bombardeo, con la creación de un mausoleo. Otros alcaldes, como Dunixi Abaitua, abrieron el camino e internacionalizaron a Gernika-Lumo participando en los homenajes de las 'Ciudades Mártires'. Nunca se olvidará el recibimiento en Mazzarboto (Italia) o Kalabrita (Grecia) a la delegación guerniquesa. Juan Luis Zuzaeta propició que Chillida donase una lápida funeraria y la escultura 'La Casa del Padre', además de poner las bases para institucionalizar esa jornada de recuerdo y llevar a cabo la política de 'Ciudad de la Paz'.
Fue el alcalde Vallejo el que, tras visitar Hiroshima y Nagasaki, decidió que la villa foral necesitaba realizar un acto en el que, además de conmemorar el bombardeo, se visibilizara un homenaje a los muertos en aquel trágico día. El primero se llevó a cabo el 26 de abril de 1995, con motivo del 58 Aniversario del Bombardeo durante una soleada y calurosa tarde, cuando los miembros de Gernikazarra Historia Taldea trasladamos en una pesada 'kutxa' unos restos humanos para ser depositados en el mausoleo que se inauguró en el cementerio de Zallo.
Ese día, con la presencia del diputado general de Bizkaia, el guerniqués José Alberto Pradera; el consejero de Interior, Juan María Atutxa; el cónsul de Alemania y los representantes de los pueblos hermanados de Pforzheim, Boise y Berga; la guerniquesa Mari Glori Urtiaga, esposa del lehendakari Ardanza, y distintas autoridades y personalidades se hizo la primera ofrenda floral. Además de las instituciones, acudió una representación de los supervivientes. Pero hubo una sonora ausencia: faltó la representación de familiares de víctimas del bombardeo, como hermanos, sus descendientes, como hijos, nietos, sucesores o representantes de las familias.
Durante los siguientes años, la conmemoración de Zallo se ha convertido en el acto central de recuerdo del bombardeo. Ese día a las 16.30, hora de comienzo del terrible ataque, tras el sonido fúnebre de la campana de la iglesia de San Juan, desaparecida por el ataque, se inicia el solemne acto de ofrenda floral ante el mausoleo. Año tras año la comitiva de personalidades y entidades ha ido creciendo, sin criterio alguno y en alguna ocasión sin fundamento. En los inicios eran más de una docena y hoy se sobrepasa por mucho esa cifra. Los asistentes se preguntan año tras año quiénes son tales entidades, alguna ni se sabe a quién o qué representa, o qué relación tienen con el hecho del bombardeo o con la misma Gernika-Lumo. Mientras, nadie se acuerda de los descendientes o familiares de los muertos. Siguen ausentes, sin representación.
En un país, en un pueblo, en una sociedad como la nuestra, tan concienciada, donde la disposición a crear asociaciones, comités, comisiones, que reivindican protestan, recuperan, investigan, recuerdan o conmemoran cualquier hecho o acto, incluida ahora la Memoria, como algo común o habitual, sin embargo, llama la atención que en Gernika-Lumo no exista una asociación de familiares de víctimas del bombardeo, ni a nadie se le haya ocurrido reivindicar el lugar merecido que corresponde, en un acto como el del cementerio de Zallo, a los familiares de los fallecidos.
Sorprende que hoy en día resulten desconocidos los nombres de los muertos, y no se conozca quiénes fueron víctimas por ello, cuando en lugares como Otxandio o Durango ya se ha llevado a cabo. Sabido es que historiadores, investigadores y opinadores han dado, sin nombre alguno, sin dato que lo ratifique, cifras de miles de muertos. No resultaría por tanto difícil obtener unos centenares de nombres para que sus descendientes, en día tan señalado, encabecen el cortejo de ofrendas florales ante el mausoleo. Sobre todo viendo que cada año se aprecia que hay menos asistencia de supervivientes. Y por otro lado, ya es tiempo de inscribir sus nombres, al menos los ya conocidos, en el lugar correspondiente.
Anualmente acuden familiares de muertos en el bombardeo, algunos fallecidos de fuera de Gernika-Lumo, y ven con estupefacción que nadie se acuerda de ellos. Oyen hablar de víctimas, pero nadie cuenta con ellos. Es hora de que la autoridad que organiza los actos tome en consideración a los familiares de las víctimas mortales y se les facilite el lugar que merecen en la ofrenda floral de Zallo. Sus muertos, nuestros muertos, lo merecen.
Firman también Juanan Carballo, Alberto Iturriarte, Vicente del Palacio, Alberto Zarrabeitia, José Luis Gavira, Javier Urrutia y Roberto Beares, miembros de Gernikazarra Historia Taldea
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