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Albert Einstein escribió que la vida es como montar en bicicleta: para mantener el equilibrio hay que seguir pedaleando. Podría decirse lo mismo de los mercados financieros. Desde hace dos siglos, la Bolsa aporta financiación a proyectos empresariales, permite a ciudadanos invertir en negocios rentables, ... contribuye a generar empleos y fortalece la economía y el bienestar social. Su inercia es muy positiva, pero es fundamental seguir avanzando y hacerlo, además, al mayor ritmo e intensidad posibles.
La aportación de la Bolsa al tejido empresarial y a la economía está fuera de discusión. En la última década, los mercados que gestiona BME facilitaron financiación a las empresas en forma de capital por valor de 217.000 millones, una cifra que se situaría en 1,5 billones si sumamos la renta fija, entre la que se incluye la deuda pública. En diez años, además, los mercados abrieron sus puertas a compañías de menor tamaño gracias al MARF, que ha permitido canalizar más de 70.000 millones, y a BME Growth, la Bolsa de las pymes, en la que ya cotizan cerca de 140 empresas.
Esos datos son positivos. La visibilidad, la reputación, el acceso a inversores internacionales y la capacidad de financiarse de forma recurrente que aportan los mercados siguen siendo ventajas únicas y singulares que valoran cada vez más compañías. Pero vivimos en un mundo de creciente competencia en el que, si no se avanza, se retrocede. Por eso, es fundamental asegurarnos de que los mercados de nuestro país pueden competir de igual a igual con sus homólogos internacionales y con el resto de competidores. Por eso en BME decidimos elaborar un Libro Blanco sobre el impulso de la competitividad de los mercados de capitales españoles.
El Libro Blanco, con la colaboración de Deloitte y las opiniones de cerca de 30 prescriptores de primer orden del sector financiero en nuestro país, muestra en su análisis comparado que desde la crisis de 2008 los mercados españoles han perdido influencia. Hay factores comunes a otros países, como el descenso en las salidas a Bolsa o los menores volúmenes de contratación, pero el trabajo identifica también desventajas competitivas claras en áreas como la fiscalidad o la regulación que urge resolver lo antes posible.
El Libro Blanco ofrece 56 medidas concretas que permitirían impulsar la competitividad de los mercados en España. Con ellas, podrían situarse en el nivel de competitividad, influencia y atractivo que les corresponde por su verdadero peso económico a nivel mundial.
El estudio divide las medidas en cuatro bloques: 1) fomentar la incorporación de las empresas a los mercados de valores españoles, con iniciativas como simplificar y agilizar el proceso de admisión a cotización o mantener los incentivos fiscales de la ley de 'startups' cuando las empresas empiecen a negociar en sistemas multilaterales de negociación como BME Growth; 2) potenciar la canalización de la inversión hacia empresas con fórmulas para incentivar la participación de minoristas en los mercados españoles o fomentar la inversión en pymes cotizadas a través de vehículos de inversión colectiva; 3) atraer la circulación de ahorro e inversión en mercados nacionales evitando su deslocalización con medidas como eliminar el impuesto a las transacciones financieras en España o modificar la regulación relativa a los ETFs; y 4) favorecer el desarrollo efectivo de nuevos ecosistemas regulados de financiación e inversión con medidas como un régimen fiscal incentivador para actividades de activos digitales o promover la creación de una mesa nacional de seguimiento y mejora continua de la competitividad de los mercados.
Más allá de las medidas concretas, que invito a leer en la web de BME, lo fundamental de este trabajo es el mensaje que lanza. Es la firme convicción de que potenciar la competitividad de los mercados supondría un enorme impulso a la economía española, la creación de puestos de trabajo y la financiación para la transición hacia una economía sostenible. No podemos quedarnos atrás. Es una labor de todos: instituciones, autoridades, empresas, inversores, mercados financieros…
Como decía Einstein, se trata de seguir pedaleando para no perder el equilibrio. La Bolsa de Bilbao se creó en 1890 y la Vuelta al País Vasco en 1924, así que en pedalear tenemos experiencia, pero es fundamental no quedar descolgados, rodar con los escapados y no a cola del pelotón, para afrontar todos los retos en las mejores condiciones posibles. Como país nos jugamos mucho en ello.
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