El orgullo de selección
No podemos dejar de pensar en cuántos Lamines y Nicos se han ahogado en los mares del mundo o han sido deportados
Javier Galparsoro
Presidente de Zehar-Errefuxiatuekin
Viernes, 19 de julio 2024, 00:01
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Javier Galparsoro
Presidente de Zehar-Errefuxiatuekin
Viernes, 19 de julio 2024, 00:01
En junio de 1994, un claretiano bilbaíno pidió consejo a nuestra entidad para una joven pareja africana, Comfort y Félix, que habían saltado la valla de Melilla y llegado a Bilbao, tras pedir asilo.
Comfort llegó embarazada de su primer hijo, que nació el 15 ... de junio de 1994 en Bilbao. A través de una iniciativa de Zehar-Errefuxiatuekin se consiguió una cédula de inscripción en favor de sus padres que permitió que ese niño pudiera obtener directamente la nacionalidad española.
El crío fue bautizado por el entonces todavía diácono, Iñaki Mardones, y en agradecimiento a sus desvelos, sus padres decidieron ponerle su mismo nombre. La familia permaneció en Bilbao algunos meses más, hasta que se trasladó a una localidad navarra, Sesma, donde Félix trabajó duramente en una granja de cerdos.
Ese niño, pasado unos años, se convirtió en el prestigioso futbolista Iñaki Williams, hermano a su vez del genial Nico, a quienes admiramos en Bilbao. Desde ahora todo el mundo se rinde también emocionado ante el pequeño tras su increíble actuación en la reciente Eurocopa de fútbol.
Lamine Yamal es hijo de marroquí y ecuatoguineana. Tenía 16 años el día que marcó el golazo del torneo. ¿Nos imaginamos que hubiera llegado en patera? ¿O que se dudara de su edad? ¿Sería admisible que ninguna comunidad autónoma quisiera acogerlo y tutelarlo como a todo menor de edad?
No podemos evitar pensar cuántos Lamines y Nicos se han ahogado o desaparecido en los 'mare mortuum' de medio mundo sin que puedan jugar jamás en ninguna selección. Ni cuantos Yamales y Nicos han sido expulsados, deportados o devueltos injustamente a unos países que no son los suyos porque son de aquí, son de los nuestros.
Debemos recordar a todos los padres y madres españolas que lo son -o lo han sido- de 'menas' (Menores Españoles No Abandonados), incluidos algunos de nuestros más preclaros políticos. No solo no se avergüenzan de ello, sino que los cuidan, los quieren, y los acogen como es su obligación. Si juntamos las manos, podemos lograr que los 'menas' nunca más vuelvan a ser tratados de 'menos'.
En la reciente Conferencia sectorial de Infancia y Adolescencia de Tenerife, responsables de nuestras comunidades autónomas han debatido sobre el «reparto» -pérfido vocablo donde los haya- por toda la península de 347 inmigrantes, de entre los casi 6.000 que han llegado a Canarias. Había más consejeros, políticos y asesores en la isla que niñas y niños a 'repartir'.
Por causa de ese ínfimo y mezquino acuerdo, un partido político ha dejado de gobernar en varias comunidades autónomas. Para que luego digan que los inmigrantes no traen algo bueno.
Es inevitable entonces el paralelismo con el llamado proceso de reubicación y reasentamiento -acepción más digna- de las 160.000 personas sirias a las que en 2015 nos comprometimos los entonces 28 países de la UE. Recordemos que a España debían llegar 17.737, pero apenas se alcanzó un 20%. Y en todos los países europeos, más de lo mismo, trufado de explicaciones, justificaciones, deserciones e incumplimientos.
Vendimos a Turquía la claudicación de nuestras obligaciones para que hiciera el trabajo sucio de blindar nuestras fronteras a cambio de 6.000 millones, ensuciados de sangre y lodo. Ninguna sanción a ningún país por el grosero incumplimiento.
Se empieza a debatir en breve la reforma del artículo 35 de la Ley de Extranjería para que se imponga la solidaridad obligatoria en la acogida de menores de edad en todas las comunidades autónomas, ante la deserción del principio de solidaridad y de legalidad hacia la infancia que llega sin referentes familiares.
Exactamente igual que lo que se ha planteado con el reciente y vergonzoso Pacto europeo de Migración y Asilo, donde, además, vamos a cobrar hasta 20.000€ por migrante que no sea acogido por un país aun estando obligado a ello. De nuevo, la solidaridad comprada a la carta.
La 'Europa vieja' de sueños y yerma de ilusiones. La Europa timorata y cicatera que sigue elevando sus fronteras con vallas, muros, concertinas, pasaportes biométricos, redadas, Frontex. ¡Welcome, refugees!
Los hermanos Williams siempre se acuerdan de sus padres en cada celebración, en cada triunfo. Orgullosos de sus orígenes, y de la dramática peripecia de sus progenitores para llegar a la tierra de promisión. Y con ellos, ahora toda la sociedad española, y el mundo entero, está celebrando que tenemos un equipo 'ú-Nico' que ha 'Lamin-ado' a todos sus rivales
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