Vitoria o un apeadero

La inversión española en la mejora de su red de ferrocarriles no tiene igual en ningún lugar del mundo. Con 4.000 kilómetros, lidera el desarrollo mundial de este sistema de comunicación terrestre sostenible, lo que es una apuesta para la superación de otras formas de locomoción más contaminantes.

Una vez que se complete la ejecución de la 'Y' vasca, podremos ver cómo las carreteras se liberan del tráfico de miles de vehículos. Particularmente, en la conexión por autopista entre Vitoria y Bilbao, que muchas jornadas supera los 30.000 vehículos diarios. Esta cifra tan elevada de automóviles entre ambas capitales vascas se debe a una decisión equivocada que se adoptó en el siglo XIX y que consistió en que la conexión de Bilbao con la red Madrid-Irún se realizara a través de Miranda de Ebro y no de Vitoria, lo que dejó a ambas capitales vascas sin una línea de tren que las uniera.

La 'Y' vasca no solo va ser una forma de comunicar Euskadi con el resto de la península y el continente, sino que tiene un alto componente de estructuración del ferrocarril en el País Vasco que va a resolver una carencia histórica de nuestra red ferroviaria.

En esta situación cabe pensar en inversiones como la francesa, a la que apela el lehendakari, pero también a la que ha de unir el Arco Atlántico con Pamplona y, a la postre, con el Arco Mediterráneo. A este respecto, se están barajando dos posibilidades que tendrán enormes repercusiones para el futuro: que la conexión de la 'Y vasca' con Pamplona se haga a través de Vitoria o a través de Ezkio.

Obviamente, la capital alavesa cuenta con estación de ferrocarril y aportaría importantes flujos de pasajeros y también de mercancías a esa línea de conexión. En el caso de Ezkio, con una población dispersa de 575 habitantes, no estamos hablando de un punto de parada, sino simplemente de una localización geográfica por la que transcurriría el tren.

Solo veo razones favorables para que el punto por el que transcurra esa nueva línea sea Vitoria. Al incorporar más pasajeros y mercancías, aporta mayor eficiencia a la línea, justifica la ampliación de frecuencias y presta un servicio en todos los sentidos de la comunicación. No es solo una ventaja para los alaveses, es una ventaja para el conjunto del sistema puesto que estructura de modo más completo la comunicación de Euskadi con Navarra y, consecuentemente, con la continuidad de las líneas Este-Oeste.

Sin embargo, el Parlamento Europeo ha aprobado una resolución en la que, por su enmienda 471, se designa el apeadero de Ezkio como punto de la conexión ferroviaria. La eurodiputada del PNV Izaskun Bilbao lo ha considerado un éxito y ha publicado un vídeo en el que celebra esta alternativa que tanto puede perjudicar a los intereses alaveses y que no beneficia a otras ciudades vascas.

La resolución de la Eurocámara ha contado con votos favorables de distintas formaciones políticas, además del PNV. No cabe duda de que está habiendo polémica en una cuestión que puede tener interpretaciones alternativas fuera de Euskadi, pero que dentro de nuestra comunidad autónoma no debiera tener ninguna disputa. La estructuración de nuestra red y la mejor conexión de todas las capitales pasa por hacer de Vitoria el lugar de encuentro y no por hacerlo en un punto geográfico escogido sin analizar las consecuencias económicas y sociales del trazado. Es elegir entre una ciudad vasca o el monte.

Desde Álava, tanto la Diputación como el Ayuntamiento han evitado posicionarse, como si el asunto no fuera trascendental para las oportunidades logísticas de áreas como Júndiz o la salida de mercancías de empresas como Michelin y Mercedes, además de los flujos de pasajeros.

Su respuesta ha sido la de que se inclinan por la que tenga un menor impacto ambiental. El comodín ecológico resulta muy práctico, pero no es admisible en una cuestión como esta. El trazado que tiene menos impacto medioambiental es el que no pasa ni por Vitoria ni por Bilbao, como sostiene Bildu, pero en la convicción de su necesidad lo que debemos de defender es una solución que estructure Euskadi y que maximice la eficiencia del nuevo trazado. Y ese sí que pasa por Bilbao y por Vitoria.

Sería muy relevante que el lehendakari se dé cuenta de esta importancia y, además de tratar de la conexión con Francia con las autoridades galas, también dedicara algo de tiempo a promover un acuerdo que no deje a Vitoria fuera del trayecto que unirá el Arco Atlántico con el Arco Mediterráneo.