Independientes de Madrid
El principal problema del PP vasco es de ausencia de autonomía. Urge un proyecto político foral liberal y una organización provincial
guillermo gortázar
Lunes, 12 de abril 2021, 23:05
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guillermo gortázar
Lunes, 12 de abril 2021, 23:05
El PP en el País Vasco lleva sumido varios años en un proceso de retroceso de apoyo electoral a pesar de contar con una amplia base histórica de vascos no nacionalistas que, en 1978, reprodujeron el porcentaje de un tercio de izquierdas, otro de nacionalistas ... vascos y un último tercio de centro-derecha vasco-español.
En las sucesivas convocatorias electorales, sobre todo en autonómicas, se aprecia un declive del PP que ha dejado a una parte importante de la sociedad vasca huérfana de representación. Parte de los vascos no nacionalistas han buscado refugio en el PNV, como un mal menor, ante el peligro de una mayoría o nuevo Gobierno de HB-Bildu.
Algo parecido ocurrió en febrero de 1936. Aunque los monárquicos liberales y tradicionalistas en las candidaturas tuvieron un resultado superior al PNV, declinaron presentarse en segunda vuelta buscando el 'refugio', que creyeron moderado, de los nacionalistas vascos.
A la altura de 2021 la idea, que someto a consideración y debate, es que el motivo principal de la decadencia del PP en el País Vasco es por la ausencia de un proyecto político y su dependencia orgánica del PP nacional. Ni Ciudadanos ni Vox parece que tengan ideas diferentes.
En cuanto al proyecto político, en Álava y en Navarra tenemos dos referencias de las posibilidades de apoyo electoral derivado de una defensa de la tradición liberal y foral, opuesta al nacionalismo vasco. Unidad Alavesa, sin dependencia orgánica de Madrid, y en defensa de un alavesismo foral, opuesto a la «invasión y absorción» peneuvista vizcaína, obtuvo un elevado apoyo entre 1989 y 1995-1996. La presión del terrorismo de ETA y la consideración de protección y voto útil del nuevo PP de Aznar diluyeron aquel proyecto provincial liderado por Pablo Mosquera. En Navarra, una estrategia similar del nacionalismo vasco de ocupación de espacios ha encontrado la eficaz resistencia de UPN que ha permitido, hasta el presente, eludir la hegemonía nacionalista vasca.
En el caso de Guipúzcoa y Vizcaya dos políticos, asesinados por ETA, tuvieron la visión de generar proyectos políticos provinciales y forales, opuestos al constructivismo estatal centralizado del PNV. En Guipúzcoa lo inició el presidente de la Diputación provincial Juan María Araluce (1917-1976) y en Vizcaya Javier Ybarra Bergé (1913-1977). Ambos tenían una visión provincial y foral y solicitaron, al final del régimen franquista, la reposición del Concierto Económico. El Concierto, como es sabido, fue obra de fueristas liberales en 1878. Las tres provincias, separadamente, acordaron con Cánovas del Castillo sus respectivos cupos y condiciones y se mantuvieron varios elementos de la tradición foral como fueron las policías provinciales de miñones y miqueletes.
En el inicio de los 90 del pasado siglo hubo intentos, en Vizcaya y Guipúzcoa, de seguir el ejemplo de Unidad Alavesa y fundar partidos provinciales fueristas liberales que no cuajaron por el voto útil al PP. A partir de 1996, el protagonismo del PP en el País Vasco se caracterizó por un proyecto de resistencia al terrorismo y una dependencia sucursalista de Génova. Al terminar ETA su acción criminal en 2011, el PP se quedó sin proyecto, pero sigue siendo una organización que atiende a los objetivos políticos de Madrid.
Cuando el PP requiere el apoyo del PNV en el Congreso de los Diputados, se diluye la personalidad política del centro derecha vasco no nacionalista en aras de los acuerdos alcanzados con el PNV. Al final, en la práctica, el PP lleva años de seguidismo político del PNV, ya sea votando sus presupuestos en el Parlamento de Vitoria, ya limitándose a protestas formales que no expresan un proyecto político propio; sencillamente porque no lo tienen.
El problema principal del PP es político y de ausencia de autonomía en su organización. La alternativa al estatismo centralista del PNV, antiforal y antiprovincial, pasa por proponer la recuperación de la personalidad histórica de las diputaciones provinciales, dejando el Estatuto y el Gobierno vasco como un órgano coordinador sin capacidad de injerencia en la potente tradición diferenciada de autogobierno de cada una de las tres provincias. Con un proyecto de este tipo o similar, los políticos de centro derecha vascos españolistas, en cada provincia, tendrían un polo de referencia diferenciado y sustentado en una independencia organizativa completa del PP, como ocurre con UPN.
El PP ha elegido a todos los presidentes regionales desde Madrid y por ello damos un limitado crédito al criterio del presidente de turno del PP vasco toda vez que responde, como es natural, a quien le ha elegido: Génova 13.
Urge un proyecto político foral liberal y organización provincial independiente de Madrid, desde abajo. El ejemplo de UPN y UA ilumina el camino que puede hacer posible la recuperación de un espacio electoral que, de seguir como hasta ahora, mucho me temo que no llegue ni a testimonial.
Guillermo Gortázar es autor de 'El fuerismo liberal vasco'
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