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Otro año más, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer (en origen se le añadía 'trabajadora'), da para todo. Diferentes manifestaciones, y con diferentes lemas, salen a las calles para reivindicar los derechos de las mujeres, y de paso, y según los gustos, ... los derechos de otras personas con diferentes problemas. Y, como sucede en la vida misma, éstas las acogen en su seno y se forma un totum revolutum. Al fin y al cabo, las mujeres lo aguantan todo. Debe de ser un poder 'ultragenético'.
Pero más allá de tal o cual movimiento y sus alianzas, vayamos al eterno meollo de la cuestión. La desigualdad en derechos humanos entre hombres y mujeres es un hecho. En ocasiones, y según en qué lugar del planeta nos encontremos, esas disparidades se redactan y se convierten en norma. Pero de facto, escrito o no, normativizado o no, es una realidad irrefutable y normalizada. Aun así, parece que estamos en un momento en que nombrar la voz 'feminismo', o bien 'derechos de las mujeres', produce una especie de rechazo, hastío y aburrimiento.
La investigación llevada a cabo por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), y presentada como Barómetro Juventud y Género 2021, aporta unos resultados muy preocupantes. El universo de estudio comprende a jóvenes del Estado de entre 15 y 29 años. Los nuevos hallazgos muestran, por ejemplo, que el 20% de los chicos niegan la existencia de la violencia de género. En cuatro años, en comparación con el dato anterior de 2017, ese porcentaje se ha duplicado; cada vez más chicos creen que es un «invento ideológico», frente al aumento de preocupación de ellas como un problema social muy grave.
Los otros resultados en cuanto a relaciones de pareja, conciliación y reparto del trabajo doméstico, etcétera, son diversos. Llama la atención también que aumenta la opinión de que la violencia en las relaciones es inevitable, habitual y que, si es de poca intensidad, no supone un problema. En general, el 72,9% de las jóvenes considera que las desigualdades de género en España son grandes o muy grandes, mientras que, entre los jóvenes, estos porcentajes se reducen al 42,6%. Desde 2017 a 2021, la percepción de desigualdad se ha incrementado entre las mujeres, pero se ha reducido entre los hombres, tal y como señala la investigación presentada por Beatriz Martín.
A la par, las muertes de mujeres a manos de hombres, la violencia que éstos ejercen sobre ellas por el hecho de ser mujeres, así como las múltiples manifestaciones de supremacía, con la certeza de que ellos valen más que ellas, manifiesta en unos casos, y en otros socavada, es asombrosamente mostrada sin pudor ante nuestros ojos, sin la consiguiente denuncia formal, que se cabría esperar, en más de una ocasión.
Sin ir más lejos, ahí tenemos lo sucedido a la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Esta mandataria, médica y política, fue la primera mujer en ocupar el cargo de ministra de Defensa en la historia de Alemania (entre otros ministerios que ha encabezado) y también la primera mujer en el actual cargo de presidenta de la Comisión, pero nada es suficiente, ni un cargo de máxima responsabilidad, ni el protocolo que lo acompaña, ni el respeto que se merece. Es mujer. Y por ello ayer se la deja sin silla y hoy no se la saluda. Aun así, se lavan conciencias diciendo que en una ocasión era un turco y en otra un guineano… Ya. Pero el que no alza la voz, ni se comporta con el debido respeto, ni se planta ante la falta manifiesta del derecho de igualdad es su colega europeo Charles Michel (el mismo en ambas ocasiones). ¿Quién quiere que haya no sé cuántos convenios y tratados sobre la mujer si no cambiamos ni un ápice nuestras cabezas? ¿Y nos sorprenden los resultados del barómetro con semejantes modelos? ¿Qué les pasa a los chicos?
La concienciación de la igualdad en derechos es tarea de todos, de mujeres y hombres. Pero, según el barómetro, aumenta en las chicas y disminuye en los chicos. Por lo tanto, parece hora de poner el énfasis en ellos. Ante este panorama, creo que realmente sería provechoso celebrar algo así como 'el día del hombre concienciado'. Una celebración donde los chicos salieran a la calle a pedir que la otra mitad de la población disfrute de sus mismos derechos. A gritar que no son superiores y que van a empezar a soltar lastre y a compartir el poder con la otra mitad ¿Qué les parece? ¿Se animan?
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