El PSE, en la encrucijada del «acuerdo educativo»

Otro tanto ha sucedido dentro de Bildu. El amplio sector favorable a la educación pública real (de titularidad pública), que incluye a Alternatiba, no ha recibido ninguna información durante la negociación del borrador parlamentario entre el Bloque. Es más, el borrador base interno de Bildu que condiciona todo el debate ('Hacia un sistema público soberano'), para su aportación al acuerdo parlamentario, se ha redactado sin la participación de todo ese sector. De ahí Sortu, no Bildu.

Mala carta de presentación para un borrador que, supuestamente, debería procurar facilitar el acuerdo. ¿Hay voluntad de acuerdo en el Bloque o confianza en el rodillo parlamentario PNV-Bildu? En una primera valoración, el PSE ha hecho públicas sus reservas respecto al borrador y ha solicitado la prolongación del plazo inicial (10 días) para la presentación de enmiendas, alargado ahora hasta el 1 de marzo. «Las prisas son malas consejeras», ha advertido Eneko Andueza.

Ante las reservas del PSE, resulta significativa la inmediata llamada de Urkullu a Andueza para «coordinar» la acción de gobierno. Sin duda, las presiones van a ser muy fuertes y pondrán a prueba la coherencia del PSE con su trayectoria histórica y sus compromisos con la escuela pública, tanto en su programa electoral como en el programa de gobierno.

La trayectoria socialista se ha distinguido por su compromiso con la educación y, en particular, con la educación pública. El PSOE ha sido el impulsor de las leyes que han estructurado la educación en el Estado (LODE, Logse, LOE, Lomloe) y el PSE lo ha sido de la única ley educativa de la comunidad autónoma, la vigente Ley de la Escuela Pública Vasca.

El PSE se presentó a las últimas elecciones con un programa en el que declaraba que la nueva ley deberá establecer «el papel central de la escuela pública en el conjunto del sistema educativo vasco», así como que «nos comprometemos a (…). Un pacto que reconozca el papel esencial de la escuela pública y su carácter laico» y «nos comprometemos a la creación de un Consejo Social de la Escuela Pública Vasca (...) para identificar y defender sus necesidades e intereses (...) e impulsar una escuela pública vasca competitiva en términos de calidad y conocimiento».

Asimismo, en el primero de los compromisos educativos de su pacto de gobierno con el PNV se acuerda «el reconocimiento del carácter esencial de la escuela pública vasca», así como que «el objetivo prioritario de esta próxima legislatura es (…) aprobar una Ley Vasca de Educación que dé respuesta a los retos de futuro de nuestro sistema educativo, reconozca y promueva el papel esencial de la escuela pública y su carácter laico».

Es evidente que el PNV ha incumplido ese acuerdo en el texto del borrador y el PSE lo ha detectado. Su secretario de Educación, Alfredo Retortillo, constata en el documento «la desaparición de la escuela pública, que solo se menciona una vez». Así es, como también la desaparición de la escuela privada, que tampoco aparece en el borrador.

Constata igualmente Retortillo que «no se distingue la pública de la concertada». En efecto, el borrador elimina los términos público y privado, que expresan objetivamente la real y fundamental distinción jurídica (titularidad) entre las dos redes que integran nuestro sistema educativo (pública y privada), justamente para intentar una supuesta confluencia y equiparación de ambas.

Esta equiparación de redes es el verdadero objetivo del Bloque en su borrador: hacer desaparecer la realidad jurídica objetiva, dual (pública y privada) de nuestro actual sistema educativo, para sustituirla por un pseudosistema, sin encaje jurídico ni legal explicados ni justificados.

Es evidente que, si este intento se consumara en la nueva ley, la enseñanza privada se garantizaría definitivamente su hegemonía en nuestro sistema educativo y la enseñanza pública quedaría condenada a la subsidiariedad -para hacerse cargo de lo que a la privada no le interesa- y a ser residual. Se trata de una especie de 'opa hostil', de 'abrazo del oso' de la escuela privada sobre la escuela pública. El PSE está ante una responsabilidad histórica.