Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Dura está siendo esta resaca tras los vaivenes del presidente del Gobierno. Cinco días de borrachera valorativa, que no informativa, y una marea de opinión tras la desmesurada ingesta. Amén de todas las valoraciones políticas que se puedan hacer, echo en falta pareceres acerca de ... los roles adjudicados a las mujeres en todo este asunto. Sí, ya sé que la crítica inmediata ha ido en contra del líder de la oposición. De tal manera que, en este cortometraje, que va para largo, a uno le adjudican el papel de 'poli bueno', es decir, progresista, respetuoso, moderno, y al otro, el de 'poli malo', tradicional y clásico con el rol doméstico mujeril. Pero me resulta difícil esa visión. He debido de ir a otra sala de cine. Y es que, en mi película particular, se me han presentado dos protagonistas, sin antagonista.
El presidente nos informa a toda la ciudadanía, y ante una posible dimisión de su cargo, que, entre otras alegaciones: «no me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer (esposa) que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también». Y desaparece; se va a pensar unos días en cuál será su futuro, el de su pareja y el de un país entero. Mientras tanto, oímos voces de alrededor poniéndonos en situación: esa mujer es el «talón de Aquiles» de este hombre; le han dado donde más le duele. Tenemos, pues, a un hombre enamorado, sensible y que, parece, consciente y reivindicativo con el derecho universal de las mujeres.
A la par, el líder de la oposición, que ya había alabado anteriormente la generosidad de su pareja al retirarse de la vida laboral, nos manifiesta que él está encantado con su mujer. Y añade más. La suya jamás habría hecho lo que ha debido de hacer la del otro (todo esto a tenor de lo que parece ser un bulo en toda regla, hasta la fecha, sobre la actividad de la esposa del presidente).
Reaparece en escena el presidente. Primero en comparecencia informativa, que no rueda de prensa, y después con varias entrevistas. Sigue en su cargo. Al principio sostiene que no se debe permitir relegar el papel de la mujer al ámbito doméstico (en clara alusión a la del otro), y que su mujer y él pueden con todo. Tal parece que ha habido un consenso en sus decisiones. Y se empieza a enredar… Asegura que no informó a su esposa de la carta hasta después de ser publicada. Solo le ha faltado el 'todo esto lo hago por ti, cariño'. Y también aclara que su (abnegada) esposa, como la del otro, le habría dicho que no dimitiera.
Imagen de mujeres dolientes, por una u otra razón. Ambos tienen excelentes mujeres a su lado, pero no por ellas, sino porque ellos se merecen lo mejor, Y además son tan eficientes que saben elegir. Un clásico, vaya. Para entonces, ya me da vueltas la cabeza. No faltan voces, a la par, descalificando a las teloneras del presidente como plañideras y sus modos histéricos sin precedentes. Todo el elenco repleto de respeto.
En resumen. Estos señores ¿de qué hablan? ¿Son sus parejas, sus relaciones personales, lo importante en la política española? ¿Por qué ponen el foco en sus mujeres si no es para sacar pecho, el de ellos? Los importantes siguen siendo ellos y utilizan a las mujeres para su autopropaganda. Ambos se presentan como sensibles y admiradores de sus féminas. No les falta más que batirse en duelo. Las damas, mientras tanto, ni mu. Pero muchas son las agresiones verbales públicas que han tenido, y tienen, que soportar ciertas políticas por el hecho de ser mujeres. Y ni el país ni las sesiones de Congreso se paran. Es por esto que no he visto personajes antagónicos, sino dos protagonistas con diferente traje.
Lo que necesitamos las mujeres es que las leyes de igualdad se cumplan. Y para ello habrá que seguir adelante, poner más medios y medidas para que así sea. Pregunten a las mujeres que se exponen diariamente, bien por sus puestos en la política o bien por su profesión, qué tienen que aguantar solo por el hecho de ser mujeres, el rosario de adjetivos descalificativos soportados. Y no necesitan ningún caballero espadachín defensor de su honor, sino que estos cambien sus cabezas y actitudes más pronto que tarde.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.