Tras la 'tractorada' francesa, la UE ha dado marcha atrás en su iniciativa para reducir el uso de pesticidas en la agricultura, optando por una pausa ante la cercanía de las elecciones al Parlamento comunitario, no vaya a ser que se revuelva el gallinero. Pero ... cabe sacar alguna conclusión más general, porque la cuestión de fondo no es solo el campo, sino la competencia en igualdad de condiciones, lo que afecta también a la industria, que debe competir con productos de terceros países que no cumplen con los estándares europeos, generalmente más exigentes. Se trata, por tanto, para ambos sectores, de un problema de competencia y de liderazgo. Hablamos de competencia entre empresas con distintas reglas de juego y de cuánto liderazgo se puede permitir la UE en la política de medio ambiente.
Publicidad
La antigua CEE y la actual UE mantienen como eje la Política Agrícola Común, PAC, que recibe el 30% de su Presupuesto, buscando una agricultura que fije población y pueda garantizar el suministro alimentario, evitando que nos pase lo de las mascarillas. Pero como dice la canción, han pasado los años y ahora duda, porque la digitalización y el medio ambiente, llaman a la puerta del dinero europeo. Pese a la sequía, en el campo llueve sobre mojado en el margen y los agricultores recelan del futuro que trae la adhesión de Ucrania a la UE y el Tratado UE-Mercosur.
Ucrania, potencia agrícola, tensionará el reparto actual de ayudas. Un acuerdo con Mercosur puede exportarnos alimentos americanos producidos con menos ecología a cambio de nuestro acceso al litio y otros minerales imprescindibles para el impuso de las nuevas energías. En el follón, Macron se alinea con sus agricultores, dejando en el congelador el tratado y solo a su nuevo primer ministro. Inmediatamente la UE suspende la iniciativa, mientras la protesta se extiende.
Por el contrario, parece claro su deseo de impulsar su industria, pero el dato del PIB industrial decrece y se trata de evitar que muchas fábricas desaparezcan o se reubiquen fuera de la UE, para luego exportar sus productos a Europa. El riesgo es quedarnos sin la actividad y los empleos, pero con el CO2, que no conoce fronteras. Son decisiones que deben hacerse con mucho sentido práctico. Quizás, elegir bien con qué productos te quedas y cuáles compras fuera, atendiendo a tus fortalezas, a la seguridad de suministro y, de forma inevitable, a un cierto reparto internacional de tareas.
Publicidad
En general, la política europea de medio ambiente ha tomado la delantera impulsando medidas no compartidas, por lo que conviene decirle al ciudadano votante que la apuesta nos va a costar dinero, incluido el suyo. Por eso, la cuestión que debe ocuparnos, además por supuesto del cuidado del planeta, es si la UE lidera un movimiento global o se ha escapado sola en el primer puerto, para hacer 100 kilómetros en solitario y que el grupo del maillot amarillo le coja desfondado cerca de la meta. porque podemos llegar exhaustos. La pregunta es si lo hacemos solo para nuestros ciudadanos o lideramos una carrera para salvar el planeta y podemos forzar al resto a acompañarnos, porque hoy la UE solo es responsable del 10% del CO2 global y se nos escapa el 90% restante.
Acertamos con la apuesta por las energías renovables y la electrificación, contando además con empresas líderes y bien posicionadas, como Iberdrola. Pero quizás necesitamos también una política industrial europea, digna de tal nombre, como traslada el presidente de Repsol, que, al grito de menos ideología y más tecnología, pone el dedo en la llaga del asunto: dígame usted el objetivo y déjeme a mi conseguirlo. Un buen ejemplo lo tenemos en la decisión de interrumpir la venta de nuevos vehículos de combustión en 2035, que registra un cambio de última hora a instancias de Alemania, que acepta la mayor pero incluyendo como válidos los vehículos de combustión que utilicen los nuevos combustibles e-fuel, que ya se anuncian como próximos.
Publicidad
Como conclusión, conviene administrar la ideología y ser prácticos para leer la realidad antes de que nos dé en la cara. Se trata de afrontar el problema medioambiental bien situados en primera fila del pelotón, no quedándonos solos y fuera de la carrera antes de atacar el último puerto. Toca decidir sobre cuestiones relevantes. En breve habrá elecciones a la Eurocámara, esa que parece que no importa pero va tomando acuerdos que nos acaban vinculando. Conviene que nos hagamos preguntas sobre temas cercanos, porque afectarán al bolsillo y el modo de vida. Se trata de conjugar el presente con el futuro del planeta, de conciliar el liderazgo europeo en materia de medio ambiente con lo que hace tu competencia. Son tiempos difíciles, pero conviene procurar que el debate político que apunta en el horizonte no sature la información y nos deje sin un debate real sobre el grado y ritmo del liderazgo europeo en materia de medio ambiente.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.