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La tendencia es necesaria para impulsar palabras, conceptos, ideas, políticas y política. Crear tendencia constituye una acción inherente a tejer sueños y trabajo que la acompañen para conseguir hacerlos realidad.
En la observación continua de la política para realizar un análisis con capacidad de vislumbrar ... lo que vendrá, identificar los vectores es fundamental.
Aún más poderoso que observar las tendencias es crearlas. Permítanme que enlace la razón de ser de esta columna con distintos temas de actualidad. El Consejo Europeo debate esta semana sobre la solicitud de adhesión de Ucrania a la UE y los asuntos derivados de la guerra como son el abastecimiento de energía y gas. También en la cumbre los jefes de Estado y de gobierno hablarán sobre los resultados de la Conferencia sobre el futuro de Europa, la reforma de los Tratados y la posibilidad de convocar una nueva Convención europea. Esta sería la tercera después de la que elaboró la Carta de Derechos Fundamentales y la que escribió el Proyecto de Constitución europea (gran parte de su contenido está volcado en nuestro Tratado en vigor, el Tratado de Lisboa).
En mi opinión, lo más importante es haber recuperado en la Conferencia el debate sobre temas con calado político como la reforma de los Tratados en asuntos clave para el proceso de integración europea inmerso en el mundo de la geopolítica. Haber puesto sobre la mesa de nuevo la palabra Convención unida a la palabra constitucional. Haber votado en el Parlamento Europeo su convocatoria y que se haya pulsado el 'sí'. Considero que la misión está cumplida y que, con esta luz verde de nuestros eurodiputados, la democracia representativa complementada por la participativa ha vuelto a avanzar. También quiero destacar que las palabras Convención y Constitución vuelven a crear tendencia europea, que están aquí.
Respecto a Ucrania como Estado miembro de la UE, todos sabemos que el proceso de adhesión requiere años, a veces más de diez, para cumplir con los criterios y exámenes de adhesión; con los parámetros de valores, economía, derechos. La Unión Europea debe dar esa esperanza a los ucranianos, debe alzar su deseo de ser europeos a lo más alto. A este hecho tan relevante ensamblado a los valores europeos también podemos ponerle el nombre de crear tendencia. Es decir, aunque Ucrania no pueda ser miembro hasta que realice reformas fundamentalmente en el cumplimiento del Estado de derecho, la lucha contra la corrupción y la limitación del poder de los oligarcas, la concesión de estatus de candidato abre una tendencia ligada en este caso a la esperanza que debemos a los ucranianos. A Ucrania. A nosotros como europeos.
Las elecciones en Andalucía también han creado tendencia política; en este caso, andaluza, española y europea. El enfoque lo encontramos en las palabras que ha transmitido cada candidato, cada partido y cada andaluz con su voto. También en la forma de hacer política de cada representante y su manera de dirigirse, y de respetar, o no, a los ciudadanos. La tendencia señala como una brújula hacia dónde quiere ir y va un partido, una comunidad autónoma, un país. Si miramos a las elecciones andaluzas, la brújula señala a un lugar que no es el Norte, el Sur, el Este o el Oeste. Seguramente la brújula señala a todos los puntos cardinales al mismo tiempo y, por tanto, indica el lugar de encuentro y de reencuentro que es el centro.
Creo que el tiempo tan difícil por el que atraviesan España, la Unión Europea y el mundo está abriendo paso en el laberinto a los temas importantes e indicando a los partidos que los ciudadanos piden estabilidad, seriedad, coherencia, transparencia, gestión, responsabilidad, representación. Los ciudadanos quieren una tendencia medida, que aporte equilibrio y conlleve una política tangible, útil.
Creo firmemente que la Unión Europea está siendo capaz de ser creadora de tendencias que la hacen más UE. Si buscamos en la política el orden, la referencia y el referente de las instituciones; si tenemos como guía a nuestra Constitución y al modelo constitucional europeo, seremos capaces de revivir conceptos que conlleven acciones impulsoras que en sí mismas regeneren la vida democrática y que, cuando llegue su tiempo, se conviertan en realidad.
Fraguar consenso constitucional conlleva redefinir con continuidad una política sostenida y sostenible, ordenada, capaz. La política no debe ser efervescente. Me gusta que la política palpite porque eso significa que está viva; que tenga efervescencia en momentos e instantes, pero la política que necesitamos es la que vendrá de crear tendencia estable de centro. La política constitucional es la clave de bóveda, la dovela central donde se sustenta la verdadera política constructiva.
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