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Si el mundo sanitario fuera un país, sería el quinto más contaminante del mundo. Que el cambio climático y la contaminación ambiental repercuten de forma muy negativa en la salud de la población es una realidad que las médicas y los médicos conocemos bien.
Esta ... realidad evidente ha hecho que, desde el Colegio de Médicos de Bizkaia (CMB), como miembros de la Alianza Médica Contra el Cambio Climático -organización que impulsan el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España y un buen número de sociedades científicas médicas-, nos hayamos enfocado en informar y formar a nuestras colegiadas y colegiados y a la ciudadanía de este hecho que tanto puede condicionar nuestra calidad de vida.
Hemos oído hablar de los contaminantes de interés emergente, de los gases de efecto invernadero y de las partículas PM2,5 y PM10, pero ¿sabemos qué son y cuál es su verdadero potencial lesivo? Es universalmente aceptado que para solucionar un problema primero hay que conocerlo. Como cuidadoras y cuidadores de la salud, debemos ayudar a comprender el marco en el que nos movemos con el fin de motivarnos para, de forma individual y colectiva, pasar a la acción.
Y hacerlo desde el enfoque One Health, que resume la necesidad de que profesionales de diferentes disciplinas establezcamos alianzas para abordar la salud desde un punto de vista integral, considerando no solo la interrelación existente entre la salud de las personas y la de los animales con la del entorno en el que habitamos, sino también todos los factores que la condicionan: sanitarios, económicos, sociales y culturales. Aplicar esta perspectiva nos permitirá aumentar las posibilidades de éxito, lo que revertirá en un gran beneficio común.
Desde el ámbito médico nos hemos vuelto conscientes de la importancia de la ecoprescripción. Hemos comenzado a tomar en consideración, siempre primando el beneficio de las y los pacientes, aquellas opciones más respetuosas con el medio ambiente. De ahí, por ejemplo, que elijamos prescribir, siempre que sea posible, inhaladores de polvo seco en lugar de presurizados, altamente generadores de gases de efecto invernadero.
También, en colaboración con el Colegio de Farmacéuticos y el Colegio de Enfermería de Bizkaia, animamos a la ciudadanía a desechar de forma segura los medicamentos sobrantes y caducados a través de los puntos SIGRE de las farmacias, un modo de evitar riesgos e intoxicaciones y la contaminación de los suelos y el agua por una incorrecta eliminación. El trabajo en red es fundamental para lograr mejores resultados, por eso debemos establecer alianzas que nos permitan ser más eficaces.
Y esas alianzas deben incluir la esfera política, social y económica de las que dependen las grandes estrategias generales. Por eso, hace aproximadamente dos años, nuestro Colegio invitó a las administraciones local, foral y autonómica a explicarnos cuál es el papel de las instituciones ante el cambio climático. Todas acudieron, expusieron sus planes de acción y ya vemos algunos resultados, como es el caso de dos iniciativas recientes que son ejemplo de éxito: una, diseñada por el Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Universitario de Cruces y, otra, implementada por el área de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao.
Gracias a la primera se ha conseguido reducir la liberación a la atmósfera de los gases anestésicos desechados tras las intervenciones quirúrgicas y otros procedimientos donde es necesario aplicar anestesia general. No solo ya no se eliminan los fármacos sobrantes por los conductos de aire que salen del hospital, sino que un sistema los recicla. 'Anestesia verde'. Buena para quienes respiramos el aire de Bizkaia, que ahora es más sano, para el planeta, que ahora es más limpio, y para el sistema, que ahora es más eficiente.
Sobre la segunda, es de agradecer el compromiso del Ayuntamiento de Bilbao. Con la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), el área de Movilidad y Sostenibilidad ha hecho una gran apuesta: habitantes y visitantes respiraremos un aire más sano que contendrá muchas menos partículas PM10, esas partículas microscópicas en suspensión tan dañinas para nuestros sistemas respiratorio y cardiovascular que proceden en gran medida del tráfico rodado. Limitando la entrada a la villa de los vehículos más contaminantes ganamos salud las personas y el entorno. Ojalá cunda el ejemplo.
Que cada vez vamos tomando más conciencia es innegable. Que ya hemos comenzado a poner en marcha iniciativas para hacer de este un planeta más sano y habitable queda demostrado. Sigamos pues, por ese camino que todavía resulta insuficiente. Entre todas y todos. Sumemos fuerzas.
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