![Cerebros de chip y alambre](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202206/25/media/cortadas/zapata25-kHvE-U170530927965iMF-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Por los comentarios que hemos oído a los estudiantes con motivo de los exámenes de la EBAU o Selectividad (¡qué manía de cambiar los nombres!), se puede deducir que una inmensa mayoría se inclina por los estudios tecnológicos y todo lo relacionado con la informática ... y la inteligencia artificial. Y vemos que se cierran las facultades de Historia, Filosofía, Filología o Bellas Artes porque no hay demanda. Lo entiendo, el futuro laboral es de los que estén mejor preparados en las nuevas tecnologías.
Y me pregunto si un científico ya comienza a especializarse desde los quince años y toda su formación es técnico-científica, qué bagaje cultural puede tener de adulto. Como sigamos dejando de lado la formación integral y cultivo de las Humanidades, vamos a tener un mundo de cerebros enchufados a células de chips y alambres. Pero deshumanizados.
Vistos los cambios educativos y de acuerdo a mi experiencia, comenzar la especialización a una edad tan temprana es un empobrecimiento, un exclusivismo. La vida es larga, tiempo habrá para centrarse en lo específico. Desde la perspectiva de los años, me parece desacertado tener un Bachillerato con cuatro especialidades y otros desaguisados que se han realizado en las ocho leyes educativas en España desde 1980. ¿Alguien lo puede entender? Sí, y muy bien, en cuanto lo hacen los políticos y no los entendidos en educación y al margen de todo partidismo. Qué pena que nos dominen los mediocres y nos los pensadores.
Es importante tener un equilibrio en el que se compagine lo mejor posible el trabajo profesional con el cultivo de los gustos y aficiones personales, tan decisivo para un equilibrio mental. Es de una pobreza descomunal que un científico no tenga unos mínimos conocimientos de literatura, historia, filosofía o arte. Porque la vida no se compone solo de un aspecto, sino de varios. No podemos generar titulados con cerebros robóticos y pensamientos de circuitos y alambres.
Habría que elaborar un bachillerato unificado, con ciencias y humanidades fundamentales hasta los 18 años bien cumplidos en los que se haya llegado a dominar el hábito en la lectura, desarrollar la capacidad de escribir, una filosofía de la vida, conocimiento detallado de los derechos humanos, el mundo de la historia, del arte, las matemáticas... Y cuando todo eso ya se tiene asimilado, hacer un curso o dos de especialidad en ciencias o letras como preuniversitario. Que la vida es larga y necesitamos apoyos.
Esta deficiencia la sentimos los que nos especializamos (nos especializaron) desde los quince años entre ciencias y letras. Yo soy de los de letras puras, y siempre me he sentido con complejo cuando he querido acercarme a campos del mundo de las ciencias y constato que me falta base, que no puedo progresar en esos conocimientos, que me cortaron las alas del conocimiento demasiado pronto.
Insisto en este aspecto porque me estoy encontrando con exuniversitarios que, cuando entramos en conversación, veo que son analfabetos licenciados. La vida laboral de hoy día, tan exigente en la máxima especialidad, no la podemos centrar en una ocupación a tiempo completo. Lo más importante en educación sería formar a personas que tengan la posibilidad de compaginar su vida laboral con una vida personal en la que puedan cultivar sus gustos en la mejor armonía. Y eso se logra con el laboreo de las ciencias y las letras, como ocurrió en la Grecia clásica o en el Renacimiento italiano. El brillo que supuso en la Europa medieval el progreso de Al-Andalus se debe a filósofos y sabios con Avicena, Ibn Gabirol, Avempace, Abentofail, Averroes, Maimónides y tantos otros que crearon el caldo de cultivo del progreso. Cuando los pueblos, aunque hayan tenido poderío, abandonan el campo humanístico, viene la decadencia general. Eso ha pasado en todas las culturas, no hay más que mirar la historia y ver cómo van cayendo los imperios. La cultura salva a los pueblos, de la ciencia deriva la técnica.
Si formamos un mundo de técnicos con mente robótica cerrada y exclusiva, vendrá con seguridad el triunfo de corrientes ajenas a las humanidades, a los derechos humanos, a la auténtica democracia, y triunfarán ideologías de mentes vacuas como la vergüenza actual de ver gobernar a descerebrados en la línea de los Trump, Bolsonaro, Boris Johnson, Duterte, Salvini y otros de similar catadura. Pero gobiernan porque han sido elegidos.
El número uno de la EBAU de la Comunidad de Madrid va a estudiar Filología Clásica; el de hace uno o dos años eligió Historias. Saben elegir deja abierta una ventana a la esperanza. A la vida hay que darle un poco de salsa, «pinto flores para que nunca mueran», decía Frida Khalo. Es tener otra mirada, «poeta soy, y la arquitectura es la poesía del barro y la piedra», sentenció Es-Saheli, el genial arquitecto granadino que levantó las originales mezquitas del Sahel. 'In medio virtus'.
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