EH Bildu y la deslocalización de empresas
Además de medidas para garantizar el arraigo de las sociedades, tenemos que recuperar muchas que se fueron por el terrorismo
Luis Ramón Arrieta Durana
Domingo, 12 de marzo 2023
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Luis Ramón Arrieta Durana
Domingo, 12 de marzo 2023
El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, participó hace unos días en un desayuno informativo del Forum Europa en Bilbao. En su intervención abordó los temas de la actualidad política y económica de nuestro país y aportó algunos planteamientos de futuro que propone su ... coalición. Habló de más transversalidad en la gestión política y abogó por la participación de otros agentes como sindicatos, universidades y sociedad civil en los procesos de transformación tan importantes que están abordando el mundo y nuestro entorno más cercano. Citó los retos medioambientales, de transición energética (donde apostó por la colaboración público privada en el desarrollo de parques eólicos y fotovoltaicos), de transformación social y tecnológica, a los que nos enfrentamos en estos momentos.
Su intervención, a mi juicio, fue bastante completa, empática e incluyente, e incorporó en la misma algunas referencias a filósofos (que citó, como dijo, por su formación), e incluso a economistas de actualidad como Mariana Mazzucato (sobre todo, por el rol que ésta asigna al sector público).
En este último ámbito, el económico, reconoció a la empresa como un «espacio de generación de riqueza», que había que preservar y fortalecer. Defendió y apostó también por una Euskadi con una «política industrial emprendedora», que debía aprovechar los nuevos retos tecnológicos para seguir fortaleciendo el sector y tener un mayor papel internacional. Abogó por trabajar y ampliar el modelo de empresa, hacia una tipología de organización donde los valores sociales, el compromiso con el entorno y la participación de los trabajadores sean más importantes (merece la pena recordar aquí a nuestro querido Aita Arizmendiarrieta). Definió su modelo de empresa vasca como aquella «arraigada en el país, con participación en la gestión y resultados de la fuerza laboral, y con relaciones laborales democráticas».
En este apartado hizo una referencia específica a su preocupación por la deslocalización de empresas vascas, sobre todo por la actividad actual de los fondos de inversión, y la necesidad de garantizar su arraigo, quizás con una mayor presencia en su capital de la inversión pública.
Fue en este punto donde creo que no completó bien su discurso. Para la elaboración de sus propuestas, había citado antes a Aristóteles y su reflexión de que «para desatar un nudo hay que saber cómo está hecho». Quizás por su falta de información precisa en este ámbito, y aunque citó algún informe reciente, creo que Otegi no es totalmente consciente de las características del «nudo», no tanto desde el punto de vista de su significado filosófico, sino en cuanto a la situación real actual de la economía y la empresa en nuestro país.
Merece la pena recordar (he escrito varias veces sobre el tema en este mismo medio) que, de acuerdo a varios estudios sobre el impacto del terrorismo de ETA contra el mundo de la empresa, sus consecuencias fueron desastrosas.
Así, además de suponer un enorme e irrecuperable daño humano, en lo económico, supuso un coste directo de más de 25.000 millones de euros (a nivel estatal), y su nefasto impacto explica también, en gran medida, la debilidad actual de nuestra economía. En términos relativos, esas décadas tan duras para las empresas vascas supusieron una caída del 43% del 'stock' de capital (suma de capitales públicos y privados invertidos en una economía) y una pérdida del 24% del PIB de Euskadi. En esos años se deslocalizaron centenares de empresas (grandes, pymes y micropymes). Se estiman en más de 30.000 los puestos de trabajo que se perdieron (una gran parte de alto valor añadido), lo que supuso además una pérdida importante de población. Adicionalmente, y como consecuencia de toda la agresión que sufrieron los empresarios, en especial las empresas familiares, en estos momentos Euskadi ocupa los últimos lugares en los rankings de emprendimiento.
Creo que éste es uno de los graves 'nudos' que tenemos y que sería importante poder deshacer entre todos. Desde la sociedad civil tenemos que pedir que, en los diferentes ámbitos políticos, se pudiera trabajar en este campo, y que, además de establecer nuevas medidas que garanticen el arraigo y futuro de nuestras empresas (como se propuso), se trabaje para recuperar, al menos en parte, muchas de las que se fueron, y si es posible también una parte del capital humano 'transterrado'.
Contamos con un singular nivel de autogobierno y capacidad normativa que, desde la transversalidad política que se apuntaba en la charla objeto de este artículo, junto con la participación de otros agentes, como sugería también el ponente, deberían permitirnos transformar el país en la dirección adecuada y garantizar un futuro mejor para todos. ¿Nos ponemos a ello?
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