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Opinión

Tecnología para un futuro sostenible

El 30% del PIB de Euskadi se ve comprometido por la obligación de que las empresas den cuenta de su impacto medioambiental

Andoni Aranzamendi

CEO de i3s (Grupo LKS Next)

Jueves, 21 de noviembre 2024, 00:50

Desde Altamira hasta hoy, la de la especie humana es una historia de evolución. La última de estas transformaciones tiene que ver con la sostenibilidad, con las condiciones necesarias para asegurar el porvenir del planeta y sus habitantes presentes y futuros. La preocupación social sobre ... la sostenibilidad crece. La Agenda 2030, con sus diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y el Pacto Verde Europeo son resultado de esta creciente conciencia colectiva sobre un problema de alcance global.

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Nunca la actividad humana había tenido tanto impacto sobre el medio ambiente. Cada vez el consenso es mayor: o actuamos con criterios sostenibles o el arma de doble filo que ha sido siempre el progreso nos hará descarrilar. A todos nos concierne poner las condiciones para un desarrollo económico rentable y sostenible.

En materia legislativa, la UE está guiando el camino. Desde este año, las grandes empresas europeas, con más de 500 empleados y 50 millones de ingresos, deben incluir en sus informes de gestión anuales los datos ESG (medio ambiente, social y gobernanza), según los estándares aprobados en la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD, por sus siglas en inglés). Esta obligación se hará extensiva al resto de las compañías en los años sucesivos.

En Euskadi, el 30% del PIB se ve comprometido por esta nueva regulación, que obliga a las empresas a reportar no solo los datos financieros sino también los que se refieren al impacto de sus actividades en el medio ambiente y las personas.

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Las empresas se enfrentan a un tsunami regulatorio y ven cómo el campo de acción se amplía, porque es necesario informar de cómo se actúa a lo largo de toda la cadena de valor, incluyendo las relaciones con los proveedores directos e indirectos. Es obligado tener un control desde la cuna hasta la tumba del producto. Es obligado controlar el impacto sobre el medio ambiente y las personas, desde la extracción de los materiales necesarios para su fabricación hasta su comercialización y reciclaje.

¿Qué papel juega la tecnología de la información y la comunicación en este nuevo paradigma verde y de cuidado de los derechos de las personas? Las herramientas digitales y los sistemas de información son el gran aliado para la transformación sostenible. Para cumplir la ley y evitar sanciones primero. Y, segundo y más importante, para completar el cambio de cultura requerido.

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Hasta ahora, las empresas se valían del ERP (sistema informático de planificación de los recursos empresariales) para gestionar y llevar registro de toda la información financiera. La transformación hacia una gestión sostenible de los negocios exige trabajar con otro tipo de soluciones informáticas añadidas al ERP, capaces de capturar y explotar toda la información referida a la sostenibilidad.

En la gestión empresarial actual se necesita incorporar una capa de información sobre los impactos generados. La Diligencia Debida en materia de sostenibilidad, en vigor desde este año en el ámbito de la Unión Europea, obliga a las organizaciones a dotarse de la mayor transparencia en la gestión de la totalidad de la cadena de valor. Desde la extracción del material en la mina hasta la comercialización del producto y reutilización posterior.

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Hay que saber quién y en qué condiciones extrae los materiales y fabrica el producto. Vigilar, por tanto, el respeto a los derechos humanos; qué recursos son necesarios. Por ejemplo, cuánta agua y energía se emplean; cuántas emisiones de efecto invernadero se generan o cuál es la huella de carbono. En definitiva, es preciso conocer primero para reducir después el impacto ambiental y social de todo el proceso.

Se trata de poder explotar un volumen de datos cada vez mayor para optimizar la gestión en el ámbito de la sostenibilidad. Ser transparentes y disponer de un sistema robusto de prevención, mitigación y compensación de riesgos ligados al medio ambiente y las personas. La tecnología es el socio necesario para que las empresas aporten valor sostenible. Esto es aún más importante en un escenario como el presente, con cadenas de suministro fragmentadas y globalizadas.

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Al tiempo que se hace obligatoria, la captura y la gestión de los datos se hace más compleja. Es la doble materialidad: a la información financiera hay que sumarle esta otra. Además, el reporte debe hacerse según los estándares de la UE. Los contratos públicos, los fondos de inversión y los bancos van a mirar con lupa la información relativa a los ESG. Hay mucho en juego.

Gigantes de la fabricación de sistemas informáticos de gestión empresarial como SAP están innovando permanentemente para ayudar a las empresas a transformarse. Para lograr que su actividad sea, además de rentable, sostenible.

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