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Gregorio Ordóñez y la libertad posible

Gregorio Ordóñez y la libertad posible

Que no me digan que no sirvió para nada jugarse y perder la vida en Euskadi

Viernes, 19 de enero 2024, 00:12

Quizás uno de los cuadros que más sorprenden en la exposición sobre Gregorio Ordóñez, que tan magníficamente supo entender y resolver Enrique Bonet, es el que muestra tres fotografías posteriores al atentado contra Gregorio. En dos de ellas se muestra su tumba, profanada. En la ... tercera, las pintadas que aparecieron en poblaciones guipuzcoanas llamando a Gregorio asesino, fascista, español. Así justificaba ETA sus crímenes. Así invitaba a la sociedad vasca al silencio, a la condena de las víctimas de ETA, al señalamiento de los constitucionalistas en Euskadi. El Partido Popular, así lo veían Egibar y el nacionalismo que representaba, era un partido «de fuera». No 'fueron de aquí' millares de emigrantes que vinieron de otras partes de España para trabajar en Euskadi, como lo hicieron los padres de Gregorio, en los años 50, 60. Sometidos a un maltrato que solo justificaba un nacionalismo retrógrado, excluyente y racista.

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