Más allá del burka, las XX
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Nacer mujer es un lastre. El avance hacia la igualdad se estanca. ¿Qué pasa? ¿Que el mundo está lleno de talibanes?Secciones
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Nacer mujer es un lastre. El avance hacia la igualdad se estanca. ¿Qué pasa? ¿Que el mundo está lleno de talibanes?Los periodistas saben muy bien qué difícil es vender noticias, documentales o reportajes sobre el 'más allá'. El pequeño mundo dominante (donde estamos) no se quiere enterar de lo que pasa en el resto, mientras no le pisen el callo. La retirada de las tropas ... de EE UU y de la OTAN de Afganistán se ha acelerado y ha estallado la noticia de la 'reconquista' talibán del país en un santiamén. Y la pregunta actual es: ¿qué ha pasado durante los últimos 20 años? Y se quiere, y pide, un resumen escueto de todo el proceso, cuando la realidad es que durante este tiempo no ha sido foco en los noticiarios. Más allá del accidente aéreo del Yak-42, poco o nada se ha reflejado en los grandes medios de comunicación. Es imposible explicarlo en breves minutos o líneas, a pesar de que, al batallón de inmunólogos de la pandemia se una ahora el de los doctos en geopolítica.
Pero lo que más llama la atención es que es en este instante cuando una de las grandes preocupaciones de las potencias, o por lo menos la de estos lares, parece que es la situación de las mujeres en dicho país. De repente, aparecen mujeres afganas periodistas, juezas, profesionales, refugiadas, activistas o maltratadas, mujeres con un atuendo 'tan cultural' como el burka… Existen, y existían. Por una parte, es como si se quisiera mostrar que las mujeres, en general, viven bien en todos los lugares del mundo, con sus más y su menos, pero razonablemente bien, a no ser por estos locos talibanes. Y por otra, se pone de relieve que cada vez, por suerte, la lucha de las mujeres en pro de sus derechos (humanos) sigue adelante y sin freno; que las conciencias, aún lejos de lograr el objetivo, avanzan en la dirección correcta.
Sin querer quitar ni un ápice de dolor al drama que han vivido y viven las mujeres afganas, junto a su lucha vital que solo ellas saben, resulta sorprendente el repentino interés por sus vidas. Bienvenido sea, pero todavía cuesta creer que ese interés vaya a ser permanente. El colmo de la incredulidad ha sido la primera entrevista dada por un representante talibán a una periodista en una de las cadenas de televisión afgana. Anuncia el susodicho que, además de una amnistía general, el «emirato islámico no quiere que las mujeres sean víctimas. Deberían estar en la estructura del Gobierno, de acuerdo con la 'sharia'». Claro está, según su propia interpretación de esa ley, para eso son talibanes 'estudiantes', con las 29 prohibiciones a seguir. ¡Qué miedo! En vez de tranquilizar, todavía lo ha empeorado más. Todo esto me recuerda al mundo distópico de la novela de Margarte Atwood 'El cuento de la criada'.
Las mujeres somos las de los cromosomas XX. Esta determinación genética la tiene (casi) la mitad de la población mundial: 3.811 millones de mujeres (de una población de 7.700 millones). Conocidas son las condiciones paupérrimas y de conflicto en las que viven millones de personas y un gran número de países. Aun así, no podemos olvidar que nacer mujer tiene un plus negativo. Son cientos de datos contrastados los que ponen en evidencia la diferencia entre nacer hombre o mujer. Los últimos informes de la ONU (sobre población y familias, salud, educación, violencia, etcétera) confirman que el avance de las mujeres hacia la igualdad se estanca. Los datos siguen siendo estremecedores.
Solo el 47% de las mujeres en edad de trabajar participan en el mercado laboral, en comparación con el 74% de los hombres; las mujeres ocupaban solo el 28% de los puestos gerenciales a nivel mundial en 2019; en la vida política todavía no se ha cruzado la barrera del 25% de representación en los parlamentos; solo un 50% de las mujeres en el mundo pueden decidir sobre el uso de anticonceptivos, o negarse a mantener relaciones íntimas; la violencia contra las mujeres y niñas sigue siendo un problema mundial, además de letal en muchos países; el 70% de las víctimas de trata de personas son mujeres y niñas. Casi 1 de cada 4 niñas de entre 15 y 19 años no está empleada ni estudia o recibe capacitación, en comparación con 1 de cada 10 niños de la misma edad; la gran mayoría de las víctimas de abusos, de toda índole, en el mundo, son, otra vez, mujeres y niñas... En fin, que ahí se exponen los datos de libre acceso para toda la población que los quiera ver. No son ni secretos, ni sectarios.
Son muchas las personas que están en la trainera remando duramente contra la desigualdad. También son significativos los logros alcanzados en ciertos países, pero qué duda cabe de que el panorama sigue siendo desolador. Entonces, ¿qué pasa? ¿Que el mundo está lleno de talibanes? ¡Pues no teníamos noticia! Pero quizá habría que ir tomándose más en serio lo de aplicar y hacer cumplir todas las políticas, resoluciones (como la 1325) y acuerdos internacionales en toda esta cuestión. No sea que luego se vuelvan a sorprender de lo que sufren la mitad de las personas del mundo, las XX.
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