Trampa en Altube

El colapso de la N-622 a la altura de los túneles de Aiurdin en cuanto nieva en Altube es una arraigada tradición vasca. No se descarta que la mano de Irulegi fuese un amuleto que los protovascones colgaban del espejo del coche para evitar ... quedarse atrapados en ese punto de la autovía. Este miércoles nevó y se organizó el tapón. Las colas fueron de hasta ocho kilómetros y los conductores miraban al cielo. Pero no como otras veces para rogar que aquello no acabase como la tragedia de los Andes, sino para preguntarse por qué estaban parados si ni siquiera nevaba mucho y el temporal era del todo esperado. Llevaba hablándose de él desde la semana anterior y la alerta naranja se había anunciado con dos días de antelación. Si hasta conocíamos a la borrasca por su nombre: Gerard. La AEMET tuvo tiempo de aclarar que no iba por Piqué. Ojalá fuese por Gerard Manley Hopkins, delicadísimo poeta victoriano que inventó métricas próximas al rap y murió muy joven, de tifus, susurrando unas últimas palabras muy originales: «Soy tan feliz, soy tan feliz…»No fueron felices los conductores en Altube y al día siguiente se enteraron de que la Diputación de Álava culpa del colapso a la Ertzaintza. Siempre tranquiliza que la Administración se excuse ante el ciudadano culpando a la Administración. Según la foralidad, la Policía autonómica no resolvió bien un incidente protagonizado por tres camiones que iban sin ruedas de nieve. Eso originó el atasco y después lo complicó. Pero esperen, que ahora los sindicatos de la Ertzaintza aseguran que el problema tuvo que ver con la falta de medios y de personal. En el momento del colapso había al parecer cuatro patrullas de Tráfico operativas. Cuatro. En todo Álava. Y con una alerta naranja activada por el Gobierno vasco. Si atan cabos, comprobarán que Álava es el territorio vasco que más tiene que ver con la nieve, Altube el punto donde siempre se lía y el Gobierno vasco la entidad que activa las alertas y manda en la Ertzaintza. Con el Plan de Vialidad Invernal en fase operativa y la alerta naranja por nieve activada, puede que el miércoles estuviese a punto de darse en Euskadi un prodigio estratégico consistente en tener menos policías sobre el terreno que protocolos de emergencia en marcha.