El Euromillones del viernes: comprobar resultados del 31 de enero

Dos jóvenes activistas lanzaron ayer el contenido de unas latas de sopa contra 'Los girasoles' de Van Gogh. La escena fue convenientemente grabada en busca del fenómeno viral y al verla yo creo que se recibía rápido un mensaje poderoso: qué asco esas sopas condensadas ... de tomate, qué cosas comen los anglosajones.

Publicidad

Otra lectura es la puramente artística y premonitoria. Al ser la sopa de tomate de la marca Campbell's, lo que hicieron los activistas fue poner a dialogar de un modo conflictivo a Warhol con Van Gogh. Como los comisarios de arte tienden a la audacia y la imitación, no descarten que veamos pronto exposiciones conjuntas en las que los cuadros de un artista son lanzados violentamente contra los cuadros de otro.

Pero vayamos a lo importante. Al análisis. Los activistas lucían en sus camisetas el nombre de su grupo: 'Just Stop Oil'. Y desde luego parecía lógico que, siendo ingleses y estando al parecer contra el aceite, atacasen 'Los girasoles' en la National Gallery. Piensen que los cuadros de Van Gogh con olivos son también muy bonitos, pero están más lejos, en Ámsterdam. Por desgracia, nos enteramos después de que los activistas no están contra el aceite, sino contra el petróleo, en concreto contra «la exploración, el desarrollo y la producción de combustibles fósiles». Y, como tantos otros grupos de la rebelión climática, están financiados por un fondo con sede en Los Ángeles entre cuyos millonarios patronos está Aileen Getty. Les sonará el apellido de la Getty Oil Company. Con razón: es la nieta del magnate del petróleo.

El episodio de la National Gallery nos recuerda lo felices que éramos cuando el apocalipsis era solo climático. Antes de que la pandemia nos encerrase en casa. Y de que la guerra nos pusiese a verle el lado bueno a las centrales térmicas de carbón. A favor de los activistas, hay que decir que atacan cuadros con cristal y no los dañan. Pero deberían tener cuidado con la tentación del martirio, que es siempre brutal y vanidosa. Y deberían dejar los museos en paz. O al menos apuntar mejor. Para que las petroleras sufran realmente, yo creo que el cuadro que hay que manchar es uno de Edward Hopper que está en el MoMA y, no solo muestra una gasolinera, sino que se titula 'Gas', así, provocando. Lanzas ahí unos huevos fritos y ya tienes a Hopper dialogando con Velázquez.

Publicidad

PAÍS VASCO

Medir medidas

Al PSE le parecen escasas las medidas de alivio fiscal anunciadas por las instituciones vascas. Quieren más protección para «amplias capas de la sociedad». Se le escucha desde aquí a Eneko Andueza: «¡La clase media y trabajadora!». El movimiento sirve para recordar que el Gobierno vasco es de coalición y para desactivarle a Feijóo las comparaciones. Pero activa la posibilidad de que el PNV ataque el palo del rigor, la prudencia y el equilibrio, algo que licúa, derrite, sulibella a la sociedad vasca. Otra cosa que puede hacer el PNV es propinarle a sus socios una de esas encuestas virtuales en la plataforma 'Zuk esan'. Ahora sabemos que la mayoría de los simpatizantes conectados está bastante en contra de que se pueda cobrar la RGI con 18 años, justo un acuerdo negociado por la vicelehendakari Mendia con Podemos.

TRUSS

Factor lechuga

En Inglaterra se apuesta sobre si Lizz Truss caduca antes que una lechuga. Va ganando que aguanta más la lechuga. Ayer Truss echó a su ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, y no dio tiempo a que aprendiésemos a escribirlo bien. Le sustituye Jeremy Hunt, un moderado, lo que confirma el giro económico. Además de un don para hundir la libra, Truss demuestra muy poca consistencia. Ayer dio una rueda de prensa de ocho minutos en la que admitió cuatro preguntas, dos de medios amables. En una crisis similar, Boris Johnson te respondía durante horas y terminaba con la corbata en la cabeza tras citar a Peppa Pig y a Empédocles de Agrigento. Hay ciudadanos que preguntan si a Downing Street no puede volver el mentiroso.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad