La presidenta de Navarra le ha enviado al lehendakari una carta. Ojalá a través de unos mosqueteros forales en misión secreta. En la carta, María Chivite propone la adopción de medidas conjuntas contra la pandemia. Al lehendakari le ha sorprendido que su colega no dijese ... nada en la Conferencia de Presidentes. Pero la alta diplomacia es así: también se guardó cosas Talleyrand en Erfurt. Y todos sabemos lo que le gusta a Urkullu una carta. Así que el lehendakari le ha encargado a Gotzone Sagardui que contacte con su homóloga navarra. Ese contacto puede ser decisivo. Si nos tranquilizó que la doctora sudafricana que identificó la nueva cepa del covid se apellidase Coetzee y confiamos en que el talento nacional se concentre de algún modo en los apellidos, atención: la consejera navarra de Salud se apellida Induráin. La utilidad de esa mujer puede ser excepcional. Sobre todo ahora que la cosa se pone cuesta arriba.

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He desplegado un gran mapa estratégico y estoy colocando banderitas. Por eso lo veo claro: Chivite aspira a la gran alianza septentrional. Y el plan no incluye solo a Euskadi y Navarra, sino también a Cantabria, Castilla y León, La Rioja y Aragón. Como dijo el lehendakari, no puede tomar uno solo las medidas. De la bilateralidad se pasa así al multilateralismo autonómico. Pero fíjense: atendiendo al nuevo y decisivo principio de vecindad, Castilla y León atraerá pronto a nuestro bando a Asturias, Galicia y Extremadura. Y será entonces cuando, al verse rodeados, se sume a nuestra causa Portugal. No hace falta decir que los portugueses son la aristocracia de la Península y que tienen además unas cabelleras densísimas, bravías, espectaculares. Portugal, potencia en pelazos, patria de Camoes y Torga, país tan sabio que hasta nos encalomó con disimulo, sin la menor violencia, a Saramago. Cervantes vivió en Lisboa. Unamuno se carteó con Pessoa. Son todo señales. Lo de las mascarillas en exteriores solo desvía la atención mientras Chivite y el lehendakari se hacen con Portugal. La cogobernanza cristalizará así, al fin, en algo útil: la formación en el seno de la UE del Quinto Imperio sebastianista. Y a partir de ahí que nos gobiernen los hermanos portugueses. Que se encarguen ellos de la pandemia y de todo lo demás. O mais rápido possível, por favor.

CULTURA

Pillar el bono

Miquel Iceta aclaró ayer que el bono de 400 euros para los jóvenes que alcancen la mayoría de edad entra en vigor el 1 de enero, pero no será efectivo hasta mayo o junio. El ministro aclaró también que en el bono cultural no se incluyen sectores culturales como la tauromaquia, la gastronomía o el diseño. Imagino que la juventud española queda a la espera de saber si el Gobierno se hace cargo de lo importante por el lado de la cultura urbana: los tatuajes. Sí entra el consumo de productos digitales, aunque se limita a cien euros. Y el bono incluye la suscripción a diarios y revistas. Mi consejo para los jóvenes: cumplid dieciocho rápido. Que con los Presupuestos después nunca se sabe. El cheque bebé de Zapatero aguantó cuatro años. Los mayores de aquellos niños que nacieron con 2.500 euros bajo el brazo acaban de cumplir catorce. Cómo pasa el tiempo. Si llegan a pillar el bono cultural, van a ser los tíos la generación mágica del BOE.

OLENTZERO

Basta ya

Barandiarán descubrió que la antigüedad le daba a Olentzero un carácter maléfico. Pues mucho peor la modernidad, que le suprime al pobre el tabaco, el vino y los capones. Y le asigna una compañera refinada que no parece lista para la vida en el bosque. Nunca se agasaja en este rincón a los protagonistas de la actualidad. El criterio del columnista es insobornable. Pero quiero apoyar a Olentzero. Qué gran tipo. Y exigir con toda firmeza que se le dé una pipa bien cebada y una botellita de vino para merendar. ¿Que hoy es 24 de diciembre? ¡Casualidad!

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