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Sara trabaja como becaria en un conocido periódico mientras cursa su master de formación cuando su mentor y jefe de Nacional le pide que busque información sobre la nueva y la vieja Rumasa. Añade que lo que encuentre irá destinado a un artículo sobre las ... tripas de la causa de los ERE. «¿Qué es Rumasa?» pregunta ella con cara de desconcierto. El periodista, con 20 años de oficio a su espalda la mira. Sabe que su pupila tiene 23 años y es muy lista. Ha tratado de hacerle comprender que un periódico serio no puede hacerse eco de noticias que no están documentadas y, por ello, con frecuencia le hace comprobar datos. Suelta una catarata de palabras como si fueran destinadas a despertar la memoria de Google: la abeja, Boyer, expropiación, Superman, Opus Dei… Ella sigue mirándolo con gesto interrogativo. Ruiz Mateos, Rayo Vallecano, Chocolates Elgorriaga, Trapa, Flan Dhul, Cacaolat… Un destello ha aparecido en los ojos de la joven. El periodista le hace un gesto de despedida sin saber muy bien si ha sido debido a la afición de la familia Ruiz Mateos por el chocolate, no precisamente del loro, y vuelve hacia las galeradas que debe revisar.
Piensa que la memoria es un tejido muy fino que no alcanza la solidez a base pantallazos, pero no tiene otra solución que no sea la de aprender a leer entre las líneas. Reflexiona sobre las palabras clave que le ha ofrecido a Sara para hacer detonar la información en su cerebro. Si se las hubiera dicho a un guionista de series se hubiera ido corriendo a escribir doce capítulos sobre la historia de este país, cuya realidad a menudo supera la ficción. La familia Ruiz Mateos daría para una telerrealidad. Aficionado a la Semana Santa y al rosario en familia, el jerezano tuvo trece hijos, sin contar con una ilegítima que hizo exhumar el cadáver de su presunto padre para levantar acta de que era hija de don José María Ruiz Mateos, Marques de Olivada (Serenísima Republica de San Marino) y fundador del primer holding expropiado de este país; miles de trabajadores fueron a la calle ante los primeros desvelos de lo que iba a ser una autopista hacia la corrupción.
De sus trece hijos, los seis varones están en la cárcel acusados de estafa piramidal, fraude fiscal y otras muchas causas. Tienen estos chicos un aspecto atildado, la mirada poco aviesa y una aparente resignación que no concuerda con la intrincada maraña de sociedades que los administradores concursales no han podido llegar a desenredar: 164 españolas, 48 sociedades extranjeras, muchas de ellas en paraísos fiscales,4.000 cuentas bancarias abiertas en 117 entidades y un montón de incautos estafados mientras se les destinaba dinero de los fondos para el cierre de empresas en Andalucía. Como los parlamentarios que han mirado para otro lado, juro por nuestra señora de la justicia que no me dan ninguna pena y su mamá tampoco.
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