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La música de las palabras y la melodía de la expresión interior. Nuria Espert nos emocionó al recoger en 2016 su Premio Princesa de Asturias, recitando, declamando o interpretando el drama o el desengaño amoroso de Doña Rosita, desolada soltería que acaba con la ilusión ... y la esperanza, como agradecimiento y homenaje al teatro o también como mirada íntima y cómplice a la mejor dramaturgia y poesía lorquiana. A la poesía de Federico, sin duda, porque Espert no solo ha sido la cima del teatro español y el mejor reflejo del drama lorquiano, sino también quien mejor ha comprendido desde Margarita Xirgú esa tradición actoral que funde en los recitados o en las declamaciones la poesía con la prosa y al poeta con el dramaturgo. Música de las palabras y melodía intensa, como en aquellos cientos de recitales que protagonizó con Alberti; pero también equilibrio y eclecticismo cuando la sustancia poética se transforma en elemento trágico.

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