El Euromillones del viernes: comprobar resultados del 31 de enero

El rey Felipe VI optó por deshacerse de la herencia material que pudiera recibir de su padre, el emérito Juan Carlos I. Y al hacerlo se quedó un tanto solo, porque tampoco puede reivindicar la línea sucesoria con un mínimo de emoción, con lo que ... aparece con su mujer y sus dos hijas como única representación familiar de la Corona. El vicepresidente Pablo Iglesias insistió ayer en Durango en la necesidad de abrir un debate sobre la utilidad de la Monarquía, dado que ésta se fundamenta «en la filiación». Sin duda el líder de Podemos trataba de espantar de paso su propia soledad a causa del 'affaire Dina'. La candidatura de Nadia Calviño dejó sola a España al finalizar la votación en el Eurogrupo el jueves. Porque de poco sirven los nueve votos que obtuvo la vicepresidenta económica cuando el Gobierno y su presidente han de comenzar casi de cero y a tientas para procurar que la reducción del Presupuesto comunitario y las condiciones que acompañen al fondo de recuperación no nos afecten negativamente.

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La soledad del adversario es el triunfo que sus oponentes creen cosechar en el infortunio ajeno. Poco importa si resulta más que dudoso el advenimiento de la mejor de las repúblicas tras el declive de la Corona borbónica. O si la «naturalización» del insulto en las relaciones entre partidos y medios de comunicación, por la que Iglesias abogó el martes en la rueda de prensa del Consejo de Ministros, nos devuelve a lo peor. O si tachar lo de Calviño como un fiasco más de los socialistas pone a quien lo proclama del lado de los Países Bajos. La soledad del adversario es el consuelo al que aferrarse para ocultar las debilidades propias. No hace tanto, en los albores de la «nueva política» y en los inicios de la «vía catalana», la perspectiva de que la España del 78 y el Estado autonómico se vinieran irremisiblemente abajo generaba una ilusoria sensación de cambio a algo mejor entre quienes ahora prefieren la estabilidad al caos y al escándalo. Sencillamente porque temen quedarse solos en medio de la borrasca.

Aquella ilusoria sensación de cambio, de entre 2015 y dos años más, llegó a afianzar en Euskadi la idea de que el resto de España se hundía en el caos y la división, mientras que aquí todo era sensatez y diálogo. Las tres mujeres y los dos hombres que encabezan las candidaturas con posibilidades de obtener escaños mañana se encuentran también solos. Algunos de ellos lo estarán aún más tras el escrutinio, y no necesariamente debido al resultado cuantitativo. La sospecha de que esta vez habrá un solo ganador subraya la soledad de los demás; pero también la de quien sale con tanta ventaja en los pronósticos. Cuando ni siquiera puede prohibir que los 200 positivos identificados voten.

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