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Celebración del Alderdi Eguna. Manu Cecilio
Satisfechos y preocupados

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Editorial ·

El PNV sabe que Euskadi necesita más consolidar su autogobierno ante incertidumbres políticas y económicas que aventurarse en la búsqueda de un nuevo 'estatus' en clave soberanista

El correo

Lunes, 1 de octubre 2018, 01:24

El Alderdi Eguna del PNV fue ayer una jornada de celebración para miles de afiliados que tienen motivos para exteriorizar su satisfacción por los logros electorales y políticos obtenidos en el último período. Aunque la fiesta de Foronda tuvo que hacerse eco también ... de las preocupaciones de sus dirigentes, por si el partido de Andoni Ortuzar e Iñigo Urkullu se ha acercado al límite de sus posibilidades en una coyuntura llena de incertidumbres. De ahí la llamada del Alderdi Eguna, con claras intenciones de campaña: 'Prest' (preparados). El nacionalismo del primer partido de Euskadi, que pilota sus instituciones más importantes, tiene ante sí una gran encrucijada. O se decide por una estrategia que asegure el autogobierno vigente –ante los riesgos que pudiera entrañar cualquier revisión del Estado de las autonomías en detrimento de las de origen foral, pero también ante un eventual cambio de ciclo económico–, u opta por embarcarse en una ampliación de corte soberanista del autogobierno vasco. Puede que, en el plano teórico, no sean vías incompatibles; y habrá nacionalistas convencidos de que la mejor manera de garantizar la vigencia de la actual cota de autonomía sería esforzarse por elevarla sustancialmente. Pero aunque «el tiempo pasa y la paciencia se agota» –en palabras de Ortuzar ayer–, es evidente que ni el panorama político ni las circunstancias que atraviesa el entorno europeo son las más favorables para confiar en que el 'estatus' de hoy está consolidado y en que permite aventurarse siguiendo el ideario de máximos que alberga el PNV. Ortuzar y Urkullu son conscientes de que el éxito electoral y político obtenido por su partido se debe más a la seguridad que transmite en cuanto a la administración de los asuntos públicos hoy que a su hipotética capacidad para ampliar los cauces del autogobierno en el futuro. Es esa la razón por la que los jeltzales se han aproximado al nacionalismo catalán de los últimos años con gestos de solidaridad –como el mostrado ayer hacia los políticos presos– y no de sintonía política. A pesar de que el PNV, siguiendo su propia tradición, persista en simultanear acuerdos con unos y con otros, gobernando las instituciones con el PSE mientras pacta con EH Bildu las bases del nuevo estatus, el EBB es perfectamente consciente de que, aun apurando tales posibilidades, la política a varias bandas presenta sus contraindicaciones. Entre otras razones porque resulta prácticamente imposible «ensanchar» esas bases, buscando la anuencia de partidos no abertzales, sin renunciar a sus apartados más soberanistas.

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