Urgente Grandes retenciones en la A-8 y el Txorierri, sentido Cantabria, por la avería de un camión

Las últimas horas hacen pensar en que quizá la especie humana ha alcanzado la inmortalidad sin darse cuenta y empezando por los nativos del Gran Londres. Vayamos por partes. La noche del miércoles los Rolling Stones dieron en Madrid un concierto de tres horas que ... comenzó con 'Street Fighting Man' y terminó con 'Satisfaction'. Solo calcular la acumulación de rock and roll que eso implica resulta extenuante. Las imágenes de Mick Jagger saltando, contoneándose y corriendo por la pasarela del escenario a sus 78 años resultan increíbles. Estando físicamente mucho peor, Keith Richards encarna un milagro mucho mayor. Consiste en estar vivo. En estar vivo a partir de 1977. Ayer, no se habían borrado las imágenes de los Stones de nuestras retinas y vimos cómo la reina Isabel II salía a sus 96 años a saludar al balcón de Buckingham con motivo del comienzo de su Jubileo de platino. Se esperaba la aparición para ver en qué estado de forma afronta la celebración del setenta aniversario de su reinado. Y hay que decir que Isabel II parecía ayer lista para el Jubileo y para reconquistar la India si fuese necesario.

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La pregunta es por supuesto cuál es el secreto para llegar a los ochenta como un rolling stone y a los noventa como Isabel II. Los geriatras hablan de la genética y los buenos hábitos, pero omiten la respuesta que parece más evidente: conviene reinar. Sobre el rock and roll, sobre Inglaterra, sobre lo que sea. Por si eso no basta, ayer el 'Times' situaba el alcohol como una posible clave para tener una vejez más feliz. El abuso del alcohol, concretamente. Un estudio reciente hecho a partir de la población mayor de sesenta años con citas para cirugías rutinarias en un hospital parece demostrar que los que son grandes bebedores están más delgados y son más felices y activos que aquellos otros que no beben o lo hacen con moderación. Eso explicaría lo de los Stones. Y lo de los Windsor. Lástima que no suene muy fiable el estudio en cuestión. Que tampoco voy a saber yo más que la ciencia inglesa. Pero puede que esos pacientes bebedores se viesen tan animados y móviles porque estaban sencillamente bastante borrachos. Y puede también que los propios científicos a cargo de la investigación hayan estado teletrabajando bastante desde el pub.

EE UU

Día sin furia

Un hombre entra armado en un hospital de Tulsa y asesina a cuatro personas. Nos parece increíble que pueda volver a pasar una cosa así ocho días después de la matanza de Uvalde. Pero el nuestro es un simple error de perspectiva. Han pasado muchas más cosas así. En los ocho días transcurridos entre la matanza de Uvalde y el tiroteo en Tulsa, se han registrado en Estados Unidos veinte incidentes que se catalogan como «tiroteos masivos», lo que significa que terminaron con al menos cuatro víctimas que, por decirlo de algún modo, pasaban por allí. El balance de esos incidentes es de dieciocho muertos y ochenta y cinco heridos. Lo único extraordinario ocurrido desde Uvalde es en realidad que el jueves de la semana pasada en Estados Unidos nadie se lió a tiros hiriendo a un mínimo de cuatro desconocidos. Un día sin furia. No es tan fácil que suceda. El año pasado hubo casi setecientos tiroteos masivos en el país.

DEPP

La ficción

Depp contra Heard ha sido un espectáculo atroz y la confirmación de que con los actores no sirven los juicios ordinarios. Esa gente sabe actuar y hasta pueden no ser ellos mismos sino otros actores caracterizados. Además, ¿qué jurado declararía culpable a Julia Roberts e inocente a Anthony Hopkins? Mi propuesta: juicio por ordalía. Tiras al actor maniatado a un río y compruebas si flota y es inocente. Siempre que el actor no sea bueno en las escenas de acción, claro... Lo tengo un poco a medias, es verdad. Tendría que añadirle el eximente Jackie Chan.

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