El deán del cabildo de Toledo permite que C. Tangana alquile la catedral para rodar un videoclip y el obispo de Toledo, tras ver el resultado, tiene que convocar un «especial acto penitencial» por el lado de la purificación del templo. Ojalá funcione y no ... haya que derruirlo. Si se fijan, solo uno de los implicados en el episodio parece haber cumplido tranquilamente con su obligación: C. Tangana. A él le dejan grabar previo pago en la catedral y se pone a perrear junto a Nathy Peluso mientras suena uno de esos autohimnos suyos, que si lo que dicen todos de mí, que si la bachata y la botella, que si tu boca y tu pelo y lo demás. ¿Qué otra cosa podía hacer? ¿Cantar gregoriano? ¿Meter una limusina en la sacristía y grabar 'Rezando en la limo'?

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En un primer momento, el desorientado deán defendió la conveniencia del videoclip porque el tema de Tangana es «la historia de una conversión mediante el amor humano». Y hasta citó la letra de la canción: «Yo era ateo, pero ahora creo, porque un milagro como tú ha tenido que bajar del cielo». El problema es que el milagro lleva poca ropa y no deja de perrear. Y que la canción dice más cosas: «Quiero hacerle religión a tu melena, a tu boca y a tu cara, y que me perdone la Virgen de la Almudena las cosas que hago en tu cama». Pues igual hay que purificar también la catedral de la Almudena.

Por apoyar al deán, yo le animaría a intentar explicarle al severo obispo lo bien que les va a venir que Nathy Peluso baile en el vídeo sinuosa como Salomé y aparezca después con la cabeza de Tangana en la mano. Es un gran recurso para explicarles a los más jóvenes la historia de Herodes Antipas y Juan el Bautista, aquel 'beef' lleno de lujuria, poder y violencia en la Galilea del siglo I.

Por lo demás, ignoro si C. Tangana es un genio musical, pero lo que hace con el escándalo es virtuoso, mágico, una exhibición. Acuérdense cuando le censuró otra institución virtuosa, el Ayuntamiento de Bilbao, borrándolo del programa de la Semana Grande de 2019 al no poder aguantar la presión doctrinal de Bildu y Podemos, esas reverendísimas fuerzas guardianas de la ortodoxia. Tangana pasó entonces de las instituciones, tocó gratis en Bilbao y triunfó, claro. También hay que reconocer que con frecuencia se lo ponen a huevo.

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JOHNSON

Un veranillo

La prensa inglesa detallaba ayer con extraño interés la temperatura de Marbella. «Unos suaves 24 grados». El dato no era inocente, ni tampoco un intento de revertir el 'Brexit' por el lado de la fraternidad meteorológica: tenía que ver con el buen tiempo del que disfruta el primer ministro. Resulta que Boris Johnson, ese gigante empático, se ha venido unos días a la Costa del Sol mientras en su país la gasolina escasea, los precios se disparan, faltan trabajadores y se recortan las ayudas sociales. Que en el Reino Unido haya quien ve llegar un invierno del descontento como el de 1978 tal vez explica que el hombre al mando opte por apurar el veranillo en una villa de lujo. Las últimas vacaciones que le conocimos a Boris Johnson transcurrieron en Isla Mosquito y se las pagó un empresario. Deben de temblar todos en Downing Street cuando el 'premier' se recuesta en la silla, resopla y habla de cogerse unos días.

CIUDADANOS

Se traspasa

En Ciudadanos Euskadi no esperaban que Luis Gordillo se les fuese al PP. Pero a la vez se olían algo. Estas cosas son siempre así. Un día pillas a tu pareja mirando el Instagram de Iturgaiz y entiendes que algo pasa. En Ciudadanos intentan mantener la dignidad, pero no es fácil: el PP les pone ya sin disimulo el cartel de 'Se traspasa'. A Edmundo Bal no le consta que los populares estén haciendo maniobras para llevarse a su gente. Pero a Luis Gordillo lo ha reclutado personalmente Pablo Casado, que fíjense si no tendrá cosas que hacer ese hombre.

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