Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El desafío del independentismo catalán al Estado, el episodio político sin duda más grave que se ha vivido en España en varias décadas, está eclipsando el complejo momento por el que atraviesa Navarra. El cuatripartito que sustenta el Gobierno nacionalista de centroizquierda de Uxue Barkos ... se encuentra inmerso desde hace semanas en una seria crisis. ¿El detonante? El Tren de Alta Velocidad (TAV).
EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra (la versión navarra de IU, más una formación autóctona, Batzarre) rechazan de plano la intención del Gobierno foral de rubricar de inmediato un convenio con el Gabinete Rajoy para la construcción del tramo navarro del TAV. El ramal conectaría con la ‘Y vasca’ por el norte en un punto aún no determinado y por el sur con Zaragoza.
El plan que comparten los ejecutivos central y navarro prevé la construcción de una nueva plataforma de doble vía y ancho internacional que permita el tráfico tanto de pasajeros como de mercancías en alta velocidad. El tramo, de unos 75 kilómetros, se calcula que tendrá un coste total de unos 890 millones de euros. El objetivo es que el ramal entre en servicio en el plazo de seis años, para 2013.
El Gabinete Barkos ha planteado dos reivindicaciones al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que parece que serán atendidas. Que el convenio incluya las conexiones con Zaragoza y la ‘Y vasca’. Y que el dinero que vaya adelantando Navarra para costear las obras le sea devuelto en un año en vez de en dos y a través del Convenio Económico, y no mediante abono del administrador de infraestructuras ferroviarias (Adif).
Geroa Bai, la coalición que lidera el PNV y a la que pertenecen tanto Barkos como el vicepresidente navarro, Manu Aierdi, es el único grupo de la mayoría gubernamental que apoya el proyecto. La izquierda abertzale, Podemos e I-E, se inclinan por un tercer carril. Creen que el plan es un despilfarro del todo innecesario.
El conflicto estalló el pasado mes de junio. Desde entonces las presiones y advertencias de estos tres partidos al Gobierno foral han ido en aumento.
La izquierda abertzale, los podemitas e Izquierda-Ezkerra han avisado a Barkos de que en ningún caso le apoyarán el proyecto. Además, le han amenazado con no aprobarle el proyecto de Presupuestos de Navarra para 2018.
Sin éxito. El PNV navarro, al igual que el de la comunidad autónoma vasca, considera imprescindible el TAV para el futuro de la comunidad foral. Aierdi ha dejado claro esta semana que seguirá adelante y firmará el convenio con el ministerio.
Los socios habían reclamado que sean los ciudadanos navarros quienes tengan la última palabra sobre el proyecto y que se pulsara su opinión mediante un proceso participativo convocado al efecto.
Aierdi anunciaba esta semana que el Gobierno foral abrirá una ventana en internet para que los navarros le hagan llegar sus puntos de vista, pero las opiniones no tendrán en ningún caso carácter vinculante. Ello ha llevado al portavoz de EH Bildu en el Parlamento de Pamplona, Adolfo Araiz, a definirlo como «un mero ejercicio de propaganda».
Los socios del cuatripartito volverán a verse las caras mañana. La mayoría de ellos admite en privado que lo previsible es que la cita no sirva de nada.
En circunstancias diferentes una tormenta así podría haber puesto en riesgo la continuidad del Ejecutivo foral. No es el caso. Los cuatro socios consideran que el Gobierno del cambio es un bien superior a preservar después de tres décadas de gabinetes regionalistas, socialistas y de coalición entre ambos.
La convicción es aún mayor si cabe en los nacionalistas de EH Bildu y Geroa Bai (PNV). Peneuvistas e izquierda abertzale han dejado claro en reiteradas ocasiones en el Parlamento vasco que sus proyectos no son conciliables ni económica ni políticamente. Navarra, obviamente, es diferente. Allí comparten muchas cosas. La más importante, su deseo de que los navarros decidan incorporar un día al viejo reyno a su proyecto de construcción nacional.
El Gabinete foral no empujará solo el TAV. Tanto los regionalistas de la Unión del Pueblo Navarro de Javier Esparza, como los socialistas de María Chivite y el PP que lidera en Navarra Ana Beltrán quieren que el AVE circule por la Comunidad foral cuando antes y en las mismas condiciones en que lo hará por el País Vasco. Así que si la presidenta Barkos precisa en algún momento sus votos en la Cámara foral para lograrlo es más que probable que los consiga.
Más difícil parece que el Gobierno del cambio logre sacar adelante los próximos Presupuestos sin el respaldo de sus socios. En cualquier caso, sería un problema menor ya que la legislatura ha atravesado su ecuador y el Ejecutivo podría seguir sin problemas prorrogando sus cuentas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.