Pulso en Euskaltel
Editorial ·
La irrupción de Zegona como accionista de referencia, en lugar de Kutxabank, no debería afectar al arraigo de la operadora en EuskadiEL CORREO
Miércoles, 10 de abril 2019, 00:03
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Editorial ·
La irrupción de Zegona como accionista de referencia, en lugar de Kutxabank, no debería afectar al arraigo de la operadora en EuskadiEL CORREO
Miércoles, 10 de abril 2019, 00:03
El fondo de inversión Zegona se ha convertido en el accionista mayoritario de Euskaltel, como era su propósito desde hace meses. Con el 20,94% del capital de la compañía vasca de telecomunicaciones en sus manos, la firma británica desplaza de esa privilegiada posición a ... Kutxabank, que ha reducido de forma paulatina su presencia en la operadora por razones estratégicas y por las penalizaciones que la normativa vigente impone a las participaciones industriales de la banca. El interés mostrado por varios grupos en tomar su control revela el atractivo de Euskaltel en un sector sujeto a una enorme competencia y que exige elevadas inversiones para ofrecer un servicio de calidad. Pero el hecho de que una empresa surgida bajo el impulso del Gobierno vasco y con una notable capacidad tractora sobre la industria de Euskadi pase a tener como accionista de referencia a un fondo extranjero suscita inquietudes que no pueden ser ignoradas. Zegona planea un radical cambio de rumbo en la gestión de la compañía, que afectaría tanto a la estrategia de negocio como a su proceso de expansión. El mercado valorará el acierto de transformar Euskaltel en un operador con presencia en el resto de España bajo la marca Virgin, como se propone el grupo británico, y de las demás medidas que pueda aplicar.
En todo caso, el posible crecimiento de su negocio a través de esa fórmula no debería traducirse en la desnaturalización de una compañía profundamente identificada con Euskadi, que ejerce de motor del desarrollo tecnológico vasco y cuya actividad constituye un pilar básico de nuestro sector de telecomunicaciones. Ni tendría por qué cuestionar el mantenimiento de su sede y de su centro de decisiones en Euskadi. En definitiva, el arraigo de una empresa estratégica. Zegona haría bien en tener en cuenta el carácter singular de la operadora; un hecho que, lejos de ser un hándicap, ha constituido la clave de su éxito. El Gobierno vasco anunció ayer una actitud vigilante, aunque confió en que Euskaltel conserve los «valores fundamentales» que la identifican, así como el nivel de actividad y empleo, y descartó por ahora entrar en su capital, del que el fondo británico aspira a hacerse con un 29,9%. Un cambio de ese tipo, paralelo a un hipotético repliegue de Kutxabank, diluiría el carácter vasco del grupo, salvo que otros inversores se incorporaran a él. La operación confirma la falta de músculo financiero de Euskadi para retener la propiedad de empresas punteras en sectores clave, un problema de fondo que requiere una profunda reflexión de las instituciones.
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