El 'Brexit' es una paradoja y un error histórico. La irresponsabilidad del referéndum marca un antes y un después en la historia de Reino Unido y en la historia de la Unión Europea. Es una paradoja lo que está sucediendo. Desde el comienzo de ... la incoherencia del 'Brexit' el proceso ha ido derivando hacia una contradicción cada vez mayor. Es una paradoja que ante el voto en contra del Parlamento británico al acuerdo de salida defendido por Theresa May respirasen con alivio a la vez los ciudadanos británicos europeístas y los que no quieren irse con este acuerdo y persiguen un 'Brexit' duro que llevaría a Reino Unido al abismo.
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En las calles de Londres los ciudadanos británicos a favor de quedarse esperaban un no al acuerdo y los ciudadanos británicos que quieren un 'Brexit' duro esperaban lo mismo. El «no» daba esperanza a los que quieren seguir siendo europeos y también a los que quieren irse de manera abrupta y no tienen miedo al observar el precipicio. Qué gran paradoja. Hay que resaltar que los primeros, los ciudadanos británicos que quieren seguir en la UE, son muchos más que los que quieren 'Brexit' con acuerdo y muchísimos más, no hay comparación posible, respecto a los que quieren un 'Brexit' duro, sin acuerdo.
El 'Brexit' sería una noticia muy mala tanto para Reino Unido como para la Unión Europea. Yendo más al corazón la frase la expreso así: el 'Brexit' sería una noticia muy mala y muy triste tanto para los ciudadanos británicos como para los europeos. Escribo sería, condicional, porque las posibilidades están abiertas y, una de ellas, cada vez más fuerte, es que Reino Unido se quede en la UE.
En las encuestas, hay una diferencia de ocho puntos entre los europeístas y los nacionalistas, y ese número sigue creciendo a favor de los primeros. Entonces: ¿Qué están haciendo la mayoría de los políticos? Si miramos con perspectiva, y también con lupa, lo que está sucediendo; si observamos con luces largas y también con luz corta el proceso del 'Brexit'; si nuestra mirada es total, la conclusión siempre es la misma: casi nadie quiere 'Brexit' duro y casi nadie quiere irse de la Unión Europea. Pues entonces, ¿A qué estamos esperando? Demos paso a la democracia verdadera, a la democracia valiente, a la democracia de calidad. Que entre en escena a lo grande la democracia europea que queremos mostrarnos a nosotros mismos y al mundo.
Cada país necesita mostrar a sus ciudadanos que el sistema parlamentario es fuerte y real y cada ciudadano necesita ver a la Unión Europea dando un nuevo paso adelante, diciendo a los políticos británicos que las voces que escuchan de los ciudadanos tienen que plasmarse en volver a escuchar sus votos en el verdadero referéndum; Reino Unido debe recobrar su orden parlamentario y constitucional.
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La caja de Pandora se ha vuelto a abrir después del voto del Parlamento británico. May se enfrenta esta tarde a una moción de confianza que seguramente ganará y continuarán las opciones abiertas con sus escenarios. En tres días tendrá que presentar un plan B y el plan B tendría que ser no irse de la Unión Europea, desandar el camino de la confusión y volver a la realidad. Escuchar a los ciudadanos es el deber de todos los políticos y tenemos a los ciudadanos británicos, muchos de ellos jóvenes, diciendo con un clamor nítido que quieren quedarse en la UE.
Las declaraciones de los líderes europeos coinciden en que hay que permanecer juntos, esa ha sido la lección de la UE durante el proceso. El acuerdo de salida no se va a tocar pero han empezado a hacerse más visibles diferencias en relación a mayor o menor flexibilidad. Si se da luz verde a extender el tiempo de aplicación del artículo 50, 29 de marzo, podría haber elecciones generales, también podría celebrarse un nuevo referéndum. Pero las semanas y los meses corren y las elecciones europeas llegan. El Parlamento Europeo ya tiene establecido su número de escaños contando con la salida de los eurodiputados británicos, la mayoría euroescépticos, y el reparto de esos escaños. Estos números se traducen en más Europa o menos Europa y en reflexionar sobre si tendría sentido que los eurodiputados británicos ante la posible prórroga pudiesen votar en las elecciones europeas del 26 de mayo.
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Volviendo a las declaraciones de los representantes y líderes europeos, quiero destacar la de Donald Tusk. El presidente del Consejo Europeo dijo: «Si el acuerdo es imposible y nadie quiere salir sin acuerdo ¿quién tendrá finalmente el valor de decir cuál es la única solución que es posible?». Creo que su pregunta con respuesta es la más valiente y la más real, es la que despierta lo que todos saben.
Si el 'Brexit' se hace realidad, a 66 millones de ciudadanos británicos les quitarán una parte de su identidad que viene de la mano de su sentimiento de pertenencia porque dejaran de ser ciudadanos europeos. Si hay 'Brexit', la ciudadanía europea ya no tendrá 512 millones de ciudadanos sino 446.
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Reino Unido está ante sí mismo, ante los ciudadanos y ante la UE pero la UE también está reconociéndose en este proceso. Con la salida de Reino Unido de la Unión Europea pierde Reino Unido y pierde la Unión Europea. Con su permanencia, ganamos todos.
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