

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
De niña estuve en un monasterio trapense. Un viejo amigo de mi padre vivía allí, en medio de ninguna parte, con un frío que cortaba ... la ilusión del rosario que olía a rosas y que nos habían prometido. Hasta allá fuimos expectantes y advertidos de que los monjes no hablaban; rezaban. Una no sabía, por aquel entonces, lo que significaba aquel verbo, menos aún las figuras enfundadas en hábitos y sandalias. Decían que habían renunciado pero, tampoco el concepto de renuncia estaba entre lo comprensible; me dieron sobre todo, miedo. Desde entonces sé que el silencio es algo a considerar y la renuncia también.
El cuarenta por cien de votantes indecisos que las encuestas decían que existían se pronunciaron dejando las orillas del río marcadas con márgenes precisos a derecha e izquierda. Los analistas políticos, unas figuras que proliferan como mediadores pasionales de nuestra ignorancia política, nos explican con asepsia el porqué de las decisiones, silencios y renuncias. Para ello, plantean hipótesis y utilizan metáforas y probabilidades que nadie será capaz de comprobar. A muchos les parece que amén de las cifras, a España, el pasado 28 de abril, le dio miedo que el concepto de patria se sentara a comer, a cenar y a merendar con ellos como lo había estado haciendo en los últimos meses. Los candidatos la pronunciaron hasta la extenuación, a su manera, sonriendo algunos en un gesto obsceno que no ha gustado, o vociferando el reclamo del ciudadano que se siente agraviado, pero siempre precedida de alguna carga de profundidad.
Al parecer, lo que no dicen los analistas es que no somos capaces de crear espacios comunes a uno y otro lado de las dos orillas, y ese es el drama y la verdad de los resultados de los que han votado, sin ganas, con miedo, o fieles a quienes suponen les da de comer. A toro pasado se comprende la prudencia de algunos candidatos al no querer comprometerse en sus alianzas, porque una cosa es arrimar y otra fusionarse. La tropa silenciosa que aguardaba la fecha sin saber a quién votar repartió la desconfianza y se inclinó. La decisión ciudadana siempre mantiene el aroma de las páginas de la historia, reciente o pasada. A los muertos hay que llorarlos para que no se conviertan en fantasmas. O en silencio y renuncia como los trapenses.
En nuestro vecino país republicano, en la Francia de Macron, en la que el ciudadano es importante y se le tiene en cuenta, uno de sus colaboradores, asesor del Gobierno ha publicado un libro cuyo título es 'El progreso no cae del cielo». Un manifiesto sobre el progresismo, esa palabra que utilizan todos los líderes cuando no hablas de la puñetera pertenencia y que abarca una tierra de nadie aún, que va del centro izquierda al centro derecha oponiéndose al nacionalismo y el populismo con el europeísmo como fondo. Y lo explican; la derecha ya no defiende con energía el capitalismo ni la izquierda la redistribución. Hoy la segunda acepta la economía de mercado y la otra ya no desea desmantelar el Estado de Bienestar. Las posiciones se han agotado. En el seno del Gobierno francés se desgastan las voluntades y no solo porque los 'chalecos amarillos' luchen sin tregua, sino porque en mayo de 2018, tras un año de gobierno y tras haber reformado el mercado laboral, la universidad, la fiscalidad y la administración, el 95% de los franceses pensaban que su situación personal no había cambiado.
Ismael Emelien, exconsejero en la sombra del presidente francés ha declarado que «el rumbo es correcto, pero al ejercer el poder nos hemos desconectado demasiado de la sociedad». El pasado Primero de Mayo, las calles de Francia se llenaron de ciudadanos que recordaban al Gobierno su pasado de conquistas. Confieso mi afrancesamiento y esa 'republique' integradora que me da tanta envidia. Es precisamente eso lo que capacita a sus gestores para hablar de lo que de verdad importa que no es precisamente dónde hayas nacido, sino como vas a vivir. Europa se hace vieja, pero nosotros seguimos siendo adolescentes enrabietados midiendo las lindes de nuestra tierra cultivable. Y ahora de nuevo al tajo, a votar para al menos tener derecho a poner verde al adversario.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Rescatados ilesos dos montañeros tras pasar la noche a la intemperie en Gredos
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.