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Una vez le oí decir a Blanca Cuesta que para su marido era muy duro vivir en Andorra, separado de su esposa y de sus hijos... Y confieso que en ese momento apostillé mentalmente: 'Claro, pero más duro sería tener que pagar a Hacienda, ¿no?'. ... Hay que ver lo malpensados que somos algunos... Hoy leo que a Borja Thyssen le han absuelto de un delito de fraude fiscal, porque el juez no encuentra pruebas suficientes que demuestren que el hijo de Tita Cervera fingiera vivir en Andorra para evitar tributar por la venta de exclusivas, por entonces su principal fuente de ingresos (al margen, claro está, de la herencia). O sea, que Borja no finge. Su amor por Andorra es genuino. Pasa allí gran parte del año, casualmente lo suficiente como para no tener que pagar impuestos en España... Y la culpa, como dijo una vez la baronesa, la tiene el paisaje. Ese paisaje andorrano que ha subyugado a madre e hijo hasta el punto de hacerles renunciar a todo con tal de poder contemplarlo a diario.
Busco en Borja Thyssen ese rasgo de pintor impresionista que lo haga vivir esclavo de la naturaleza, quizás de un amanecer pirenaico irrepetible, y lo que me encuentro (en su permanente transfuguismo estético) es a un hombretón semicalvo, con negra levita y luengas barbas, al que solo le faltan un par de tirabuzones para clavar la imagen de un rabino de Williamsburg en 'sabbath'. Tal vez haya tropezado con la cábala, como Madonna... O tal vez sea esa prolongada ausencia de la familia lo que le está haciendo envejecer prematuramente.
Si es que tanta pasta no compensa. No puedes ni ver crecer a tus hijos. Por esa razón yo nunca jugaré al Cuponazo. Personalmente, prefiero El Sueldazo. Una cantidad al mes que te permita vivir desahogadamente y no te obligue a contratar guardaespaldas, romperte la cabeza en dudosas inversiones o caer en la paranoia de un secuestro, como dice Borja que le ocurría a su madre. Por no hablar del exilio. Más de seis meses al año confinado en Andorra mientras tu familia está en Madrid... Superado el amargo trago de este juicio (les queda otro pendiente), los Thyssen podrían estar pensando en cambiar de residencia. ¿Suiza, quizás? Lo digo por el paisaje.
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