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Un país para ricos

Un país para ricos

Los españoles de esta década no sólo viven peor que sus abuelos, es que ni siquiera se les permite luchar por sus derechos

Jueves, 8 de febrero 2018, 00:03

Desde hace unos años este país se ha convertido en un país apto sólo para ricos: la desigualdad, cada día mayor, no sólo los ha convertido en más ricos aún sino que se han impostado de tal manera en la impunidad que cualquier multinacional puede ... chantajear a sus obreros para congelar sueldos y perder derechos o llegar a la desfachatez del Duque de Alba, una de las mayores fortunas europeas, para solicitar estudiantes de ingeniería agrícola con el fin de limpiar y mejorar los jardines de uno de sus palacios sin cobrar, por supuesto. Un país para ricos y para retiro de jubilados del norte europeo, porque los nuestros, como mucho, podrán vivir en las casetas del perro, con la prohibición de enfermar y la recomendación de «que se vayan muriendo». Por eso, Celia Villalobos, ya saben la que jugaba con su tablet durante las sesiones, recomienda a los jóvenes ahorrar dos euros al día para llegar a la vejez con tranquilidad. O Fátima Báñez que saca pecho asegurando que no pasa nada, que se crea trabajo y se podrán pagar las pensiones; claro que no menciona el importe salarial de dichos trabajos, con menos cotización y, por lo tanto, menos ingresos para pagar las pensiones. Por no mencionar que su Gobierno ha dejado la famosa hucha de las pensiones bajo cero. Pero es que para ellos los pensionistas son una auténtica carga. No son personas que han trabajado toda su vida para levantar el país sino que los ven como una panda de viejos que debería, o seguir trabajando o morirse, eso sí, dejando la papeleta del voto preparada para votarlos a ellos. A buen seguro que, al soltar la barbaridad, ya sabían que sus pensiones serán jugosas y vitalicias. Eso sí, aquí los ricos viven como en el paraíso. Ni siquiera mantienen la solidaridad de pagar los impuestos aquí o asumir alguna carga mayor. Además tienen el IVA de los lujos -yates, bolsos de marca y demás- bajo mínimos, mientras los demás pagamos una carga en los productos de necesidad básica que nos muele las espaldas. Pero claro, según su teoría, si ellos tienen la mesa repleta, a los demás nos irán cayendo migajas para sobrevivir. Y que no se nos ocurra ni protestar en las canciones o en cualquier actividad cultural, con prohibición expresa de reírse incluso de las propias miserias. Por resumir, los españoles de esta década no sólo viven peor que sus abuelos, es que ni siquiera se les permite luchar por sus derechos. Y las mujeres, tras décadas de lucha, resulta que no volvemos al punto de partida sino un poco más atrás, aunque al señor eme punto Rajoy ese asunto de la desigualdad salarial no le parezca oportuno mencionarlo. Eso sí, para entretenernos, nos cuentan milongas falsas o nos regalan preciosos vídeos con la vida cotidiana de los ricos, o los palacios. Pero mientras contemos con sol, playa y camareros a bajo coste vendrá el turismo y sobreviviremos… Ha de saber que este es un país sólo apto para ricos.

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