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Acompaña de algunos miembros de Más Madrid (detrás de ella, el candidato a la Presidencia de la Comunidad, Ã?ñigo Errejón y la concejala Rita Maestre), la alcaldesa de Madrid en funciones, Manuela Carmena, valora los resultados de las elecciones. europa press
Pactar en el bullicio

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Análisis ·

Tras el escrutinio del 26-M, el ceremonial negociador ha adquirido tal efervescenciay colorido que corre el riesgo de confundir a sus principales actores, empezando por Pedro Sánchez

Sábado, 1 de junio 2019, 00:39

La repentina efervescencia de las ceremonias postelectorales parece señalar que, con excepción de las instituciones forales y locales vascas, la gobernabilidad de todas las demás permite aventurar las hipótesis más dispares. Días después del recuento del 26-M se ha llegado a especular con la ... eventualidad de que Pedro Sánchez se vea obligado a convocar nuevas elecciones. Al tiempo que la incomparecencia pública de Albert Rivera da pábulo a las más inverosímiles combinaciones, con las que Ciudadanos estaría presto a desdecirse de todas sus juras de campaña. Tras el segundo escrutinio -de las europeas, autonómicas y municipales- todo pintaba o blanco o negro entre ganadores y perdedores. Y, de pronto, el panorama político adquiere un colorido desconcertante para los propios pintores. Manuela Carmena y Ada Colau, que ya habían entregado su bastón de mando, se postulan para seguir al frente de los dos principales ayuntamientos del país. La efervescencia postelectoral despierta la imaginación hasta presentar a Ciudadanos dando la espalda al PP y a Vox en el Ayuntamiento y en la Comunidad de Madrid -dando la espalda a sus propios votantes- para correr al lado de los socialistas. O esa otra presunción -no menos imaginaria por ahora- de que los de Rivera prestarían su apoyo decidido a la lista más votada socialista, si no en el caso de Ángel Gabilondo, sí en Castilla y León y en Aragón. A un mes y algunos días de que Pedro Sánchez se someta a la sesión de investidura, los socialistas corren el riesgo de creer que todos los demás son presa de la confusión postelectoral, y acabar confundidos ellos mismos.

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