Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Ayer comprobamos que la muerte de trece personas en el incendio de una discoteca de Murcia tiene probabilidades de ser una de esas tragedias que sí pueden empeorar. Las noticias sobre la situación de los locales que ardieron hacen pensar en que a los familiares ... de las víctimas ni siquiera les quedará el consuelo de lo inevitable. La discoteca donde murieron sus seres queridos no contaba con una licencia de apertura en regla y sí tenía una orden de cese de actividad desde hace veinte meses. El Ayuntamiento de Murcia ofreció estos datos en una rueda de prensa. Lo que no ofreció fue respuestas a la pregunta que los datos generaban. ¿Por qué seguía funcionando la discoteca como si tal cosa?
Que las elecciones de mayo cambiasen el gobierno en Murcia explica que ayer compareciesen el actual concejal de Urbanismo y su antecesor. Este último explicó la aparente inacción municipal porque no hubo denuncias tras la orden de cese de actividad. Dejando a un lado la responsabilidad de la empresa hostelera, sonó a señalamiento hacia los encargados de la inspección. El concejal actual garantizó que se investigará «caiga quien caiga». Y lanzó una afirmación llamativa: «Es imposible tener constancia de si un local está abierto o no». Quizá suceda en el caso de sigilosos negocios clandestinos. Pero no parece precisamente imposible que un Ayuntamiento sepa que está abierta una discoteca que publicita sus fiestas, cuelga fotos en redes y reúne a gente en una zona de ambiente por la que la Policía, los taxistas, los servicios de limpieza, los reporteros de sucesos y media ciudad terminan pasando cada fin de semana.
Ahora los reporteros informan sobre la identificación de trece cadáveres y reconstruyen vidas arrasadas por el fuego. Impresiona la entereza de quienes cuentan cómo su hija o su hermano salieron el sábado confiados y dispuestos a divertirse. Los expertos advierten a cada rato de que la razón de que no haya más desgracias en locales nocturnos tiene que ver antes con el milagro que con la prevención. El certificado de que la discoteca hecha cenizas funcionaba irregularmente le ha llegado al Ayuntamiento de Murcia del peor modo posible: a través de un montón de portadas que incluyen la palabra 'tragedia' en el titular principal.
Amnistía
La misión pedagógica comenzaba en teoría ayer, pero Salvador Illa siguió esquivando didáctico y cordial la palabra amnistía. Iván Redondo, en cambio, publicó un artículo asombroso invitando a tener fe en la amnistía, pero fe religiosa, basándose en el famoso discurso de Castelar, el del Dios del Sinaí y el Dios del Calvario. Fascinado por su propia brillantez alegórica, al estratega no parece importarle que el perdón divino requiera del arrepentimiento y el propósito de enmienda. 'Mea culpa, mea culpa'... En catalán: 'per la meva immensa culpa'. «Grande es el imperio de la ley pero más grande es la misericordia», escribía Redondo. Y uno pensaba en Puigdemont saliendo del confesionario absuelto pero indignado: «¡Y conste que soy yo el que perdona a Dios!» Teológicamente hablando, también es un poco raro que Dios te perdone porque le faltan apoyos para la investidura. Necesita tu voto para conservar la omnipotencia.
Vigo
La primera multa de la Ley de Bienestar Animal se la llevó una joven de Vigo que dejó a su perro en la puerta de una farmacia. Las farmacias están regidas por leyes autonómicas que impiden la entrada de perros. El perro de Vigo es un dálmata. Su dueña entró en la farmacia a por unas plantillas. Anoto los detalles por si tienen interés procesal. La multa es de 500 euros, 250 con pronto pago. Los policías debieron de descartar la advertencia y multar porque hicieron la conexión con Cruella De Vil. Y porque en España todos somos iguales ante la ley.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.