Rápido y furioso

Todo momento en España es ya de algún modo electoral, lo que hace que ningún domingo sea ya solo el día del Señor y del vermú. Hay manifestaciones, actos, mítines. Ayer Feijóo se manifestó en Pamplona junto a UPN, que distribuyó carteles que acusaban a ... María Chivite de traidora. Feijóo habló de indignidad y puede que Javier Esparza siguiese profundizando en la riqueza semántica del término 'escoria'. En un momento de gran enfado, Don Quijote llama a Sancho, consecutivamente, «almario de embustes» y «silo de bellaquerías». Si la derecha española es incapaz de mostrarse contundente describiendo los hechos y solo sabe ponerse a tronar en el Siglo de Oro, son las de Cervantes fórmulas maravillosas que convendría rescatar.Mientras en Pamplona se igualaba al PSOE con Bildu, Arnaldo Otegi celebraba en Bilbao que Euskadi cada vez se parezca más a Bildu, al tener ya la izquierda abertzale «la hegemonía cultural y de valores». La afirmación de Otegi es la respuesta a esa idea tan curiosa de que la violencia no sirvió para nada. «Fascismo abertzale», definía en Pamplona Esparza como si Óscar Puente no le hubiese certificado a Bildu la democracia y el progresismo. El líder de UPN también lamentó que la política sea como 'Juego de Tronos'. Lo hizo mientras Santiago Abascal estaba en Roma, en un acto de Hermanos de Italia llamado 'Atreju', por 'La historia interminable', en el que Giorgia Meloni comparó el poder con el «anillo insidioso» de Tolkien. Abascal matizó allí sus declaraciones famosas, aunque la precisión mantuvo la ofensa: «No deseo que cuelguen de los pies a nadie, ni siquiera a un corrupto y un traidor». Eso iba por Pedro Sánchez, que ahora celebra que el 23-J España frenase la ola reaccionaria pero señala un nuevo y enorme peligro: la internacional ultra. Esto es como una pésima franquicia de acción y tipos duros. El siguiente enemigo siempre es peor y está de camino. A empujones nos están metiendo en 'Fast & Furious'.