Hace unas semanas, la gente del Sociómetro completó las entrevistas sobre intención de voto en las autonómicas y vio cómo primero se caía del cartel electoral el lehendakari Urkullu y después Arnaldo Otegi. Para pulverizarles más el estudio, la lucha por Ajuria Enea quedaba a ... continuación entre Imanol Pradales y Pello Otxandiano, algo que hace un mes no habría pronosticado un solo vasco que no estuviese bajo los efectos del LSD. Ahora llega el Deustobarómetro, que incluye preguntas sobre las autonómicas. Y cuando debían de estar esos sociólogos ultimando la presentación de la encuesta, el PSOE le facilita a Bildu la Alcaldía de Pamplona y pone a Eneko Andueza a gritar por las calles que algo así nunca, nunca, nunca pasará en Euskadi mientras Arnaldo Otegi le pregunta por qué no habría de pasar si Pamplona queda a cien kilómetros de Vitoria. Conclusión: la sociología va a tener que pedir a la política que interrumpa su actividad para poder hacer pronósticos con fundamento. Y aun así el Deustobarómetro atrapa la incertidumbre. Vaya que si lo hace. El porcentaje de vascos que creen que habrá cambio de gobierno aumenta del 8 al 25%. El de vascos que cree que no lo habrá se reduce del 71 al 40%. Euskadi era hasta anteayer un lugar en el que el sol salía por el Este y gobernaba el PNV. Si nos preguntaban cuál de los dos fenómenos era más falible, contestábamos que el primero. Ahora nos preguntan la intención de voto y el porcentaje de indecisos sube catorce puntos. La gente ha debido de terminar gritándole entre lágrimas al entrevistador: «¿Pero usted me garantiza que Puigdemont en la negociación de Presupuestos no exigirá la catalanidad del País Vasco por algún motivo relacionado con Alfons el Bataller, rey de Pamplona como Asiron?». Yo creo que la sociología debería adaptarse a esta época aventurera. Una idea: cambiar el precario 'No sabe, no contesta' por algo más acorde a los tiempos, algo como 'Qué sé yo. ¿Los ha visto? Madre mía. Aquí puede pasar cualquier cosa'.

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Gaza

Bombas imprecisas

Tras reunirse con Benjamín Netanyahu, el consejero de Seguridad estadounidense Jake Sullivan anunció ayer que Israel pasa en la guerra contra Hamás a una nueva fase de «operaciones de precisión». La destrucción de Gaza y el número de víctimas parece confirmar que Netanyahu apostaba hasta ahora por operaciones imprecisas pero letales. El cambio de estrategia no parece tener que ver con el amor del Gobierno de Israel por el detalle sino con las dificultades del Gobierno estadounidense para explicar su apoyo a los bombardeos indiscriminados sobre civiles. Esta semana la Asamblea de la ONU votó a favor del alto el fuego en Gaza y ofreció una imagen simbólica: Estados Unidos aislada con Israel y otros ocho países mientras Rusia y China miraban desde el lado multitudinario y pacifista del planeta. El simbolismo se extiende hasta las víctimas. Ayer el ejército israelí halló el cuerpo de un soldado secuestrado por Hamás el 7 de octubre. Tenía diecinueve años y se llamaba Ron Sherman. Al padecer asma, hacía labores administrativas. Era sobrino de Leon Gieco, el cantautor argentino famoso por componer, entre otras muchas canciones, precisamente, 'Solo le pido a Dios'.

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