Pisos imposibles

País Vasco ·
El 76% de los vascos inscritos en Etxebide eligen la opción del alquiler

Pablo Martínez Zarracina

Lunes, 29 de enero 2024, 23:30

Se celebró ayer en Bilbao, Basque Country, un International Congress on Housing Policies. Tiene importancia. Los vascos deben aprender que la imposibilidad de acceder a un piso en condiciones semisalubres, y puede que hasta con ventanas, en un municipio que aún no esté abandonado y ... sin tener que dejar el alma y a un niño pequeño como fianza no es una maldición. Es un problema de 'housing policies'. Que el Gobierno vasco tenga reconocido el derecho subjetivo a la vivienda y una política integral sobre el asunto explica que el congreso se celebre aquí y lo organice el propio Gobierno vasco en plan anfitrión. Que los jóvenes vascos sigan independizándose a edades provectas y solo puedan afrontar de dos en dos, y si hay suerte, los alquileres o las cuotas hipotecarias que distinguen la vida adulta del comunitarismo estudiantil imagino que explica que al congreso asistiesen expertos de Alemania o Países Bajos para intercambiar información. Seguro que esa gente tan europea nos dio ideas inmejorables. Por ejemplo, que conviene que tras completar sus estudios y acceder al mundo laboral, los jóvenes no comiencen a subsistir sino a ganarse la vida.

A cambio, el Gobierno vasco también dio información. Hay en Etxebide 90.000 personas buscando vivienda y evidentemente no son todos jóvenes: no nos quedan tantos. El 76% de los inscritos busca un alquiler, lo que nuestros expertos interpretan como un cambio de filosofía y no como simple resignación. Tras insistir en lo evidente -el problema es muy complejo-, el Departamento de Vivienda hizo ayer un llamamiento para que las diputaciones se den prisa en adoptar una «fiscalidad comprometida» que contenga las rentas y favorezca a los arrendadores. La ley de Vivienda vasca es de 2015. ¿Prisa? Siempre sorprende que haya llamamientos que se hacen en los medios pudiéndose hacerse con el móvil. Ojalá las instituciones vascas estuviesen unas cerca de otras, incluso en la misma ciudad, y fuesen gobernadas por los mismos partidos. Sería un sueño. Facilitaría tanto la comunicación...

Valencia

Difuntos a domicilio

En todo universitario hay un goliardo y es tradición que alrededor de las facultades florezcan los bares. En torno a las facultades de Medicina otro negocio que históricamente ha prosperado es el del tráfico de cadáveres. La explicación es obvia. El músico aprende con un instrumento y el cirujano con un semejante al que inspeccionarle el interior. Era fácil pensar que lo del suministro de cuerpos para el doctor Macfarlane quedó atrás. Pero nuestra realidad se parece incluso a los cuentos de Stevenson y en Valencia operaba una red funeraria que hacía negocio vendiendo cadáveres a universidades. Después volvía a hacerlo deshaciéndose de los órganos diseccionados por los alumnos mediante el método de colarlos en los ataúdes que la empresa sí incineraba legalmente. A mil doscientos euros está el difunto, que era en este caso alguien que había muerto sin familia y al que le falsificaban los papeles. Cabe suponer que las universidades ni se enteraban. Y eso que tienen expertos en derecho civil y filosofía moral. En un esperpento de Valle unos ladrones de tumbas reflexionan sobre el oficio y concluyen que los muertos son peligrosos, ya que, si se levantan contra ti, ¿qué vas a hacer? ¿Matarlos?