Pelotas y cerebros

Podría pensarse que ha sido la similitud anatómica lo que ha unido a Rubiales con Piers Morgan, pero parece más probable que el expresidente de la Federación haya elegido al periodista por su campaña constante contra el pensamiento 'woke' y lo que él mismo llama «la creciente emasculación global de mi género por parte de feministas rabiosas». En tal caso, Rubiales se entregaría abiertamente a la batalla cultural más disparatada, que es la que consiste en contraponer delirios en nombre de la razón. A ese respecto, ayer ya se interpretaba entre nosotros su renuncia como el triunfo histórico del Ministerio de Igualdad y de María Jiménez. Solo queda esperar a ver esta noche a Rubiales en lo de Morgan.

Será un poco como cuando vimos a Úrsula Corberó con Jimmy Fallon. Solo que al revés. En catastrófico. Lo que van a hacer los portadistas de los tabloides cuando descubran que 'rubiales' en inglés se dice 'blondie', como la cantante. Y pensar que una dimisión inmediata y unas disculpas medio normales habrían bastado para que, pasado un tiempo prudencial, a Rubiales le llegase la redención en el inigualable mundo del fútbol. Con lo que eso conlleva. Una dirección general en la FIFA, por ejemplo, la de Ejemplaridad, Templanza y Compostura, con sueldo millonario y sede itinerante entre Ibiza y Copacabana.

Pues la Diada fue bien. No hubo mucha gente, pero hubo antorchas la víspera, quema de constituciones y muñecos de Abascal por la mañana, también batucadas entre lo que puede ser constitutivo de delito. Los silbidos y los gritos de 'botifler', que son lo que importa por la tarde, fueron ayer más bien hacia Esquerra. A Pere Aragonès se lo tuvieron que llevar los mossos de la manifestación. Es que al pueblo que queda movilizado le va más Puigdemont, que ha resucitado por chiripa electoral y está donde solía: al frente del 'pollastre de collons'. Por desgracia, Oriol Junqueras no pudo acudir a que le silbasen a la ofrenda floral de la mañana ni tampoco a la manifestación de la tarde. Covid. Parece que las nuevas variantes del virus han desarrollado capacidades insospechadas y ya no solo te dan fiebre sino que te gestionan la agenda y las apariciones públicas minimizando riesgos como un director de comunicación.

De cada diez jóvenes vascos que cumplen este año dieciocho, solo cuatro han solicitado el Bono Cultural. Los otros seis dejan pasar 400 euros para libros, discos, festivales, videojuegos o entradas para el cine. Puede que los jóvenes no se hayan enterado de la medida gubernamental, lo que debería hacerles ver que están desinformados y necesitan suscribirse al periódico. Sirve también el Bono Cultural. La otra opción es aún peor. Puede que nuestros jóvenes no se hayan enterado de la existencia antigua y fructuosa de la reventa y el mercado negro.