Pedro Sánchez, el presidente más perseguido por el poder mediático de la historia, presentó ayer su segundo libro publicado por un gigante editorial español que controla un par de cadenas de televisión, alguna cadena de radio y un periódico nacional. Lo hizo de un modo ... asombroso: acompañado por catorce ministros y con la web de Moncloa retransmitiendo. Si lo primero fue servilismo, lo segundo fue una exhibición: el presidente haciéndose a sí mismo la colaboración público-privada con fines promocionales. Consistió la presentación en una charla con Ángeles Caballero y Jorge Javier Vázquez. La periodista aún lanzó alguna pregunta sensata, pero el interés del acto era todo astronómico. Tenía que ver con la cercanía entre Pedro Sánchez y Jorge Javier, personaje cuyo ego solo es superado en tamaño por ciertos exoplanetas. Pues aun así el ego del presidente funcionó sin esfuerzo como cuerpo eclipsante. «Mi historia es la del mito de Sísifo», llegó a afirmar Sánchez delante de una audiencia aparentemente compuesta en su totalidad por subordinados.
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El acto también confirmó que el presidente roza ya en lo suyo la absoluta maestría. Sánchez es tecnología política avanzada. Viene del futuro. Y sabe que sulfurar le es tan útil como convencer. También que, mejor que tener ideas, es tener el mando con el que se cambia de sintonía, se controla el volumen y se cambian las cosas de color. De ese modo ayer le vimos alternar sobre el escenario la victimización sufriente con el humorismo vacilón, el dibujo de un país cuya convivencia hay que salvar con el de un país felicísimo que se va de puente y vive la Navidad. Todo a la vez, según convenga. Con el máximo aplomo y sin ningún apego a la realidad. Permitiendo que se te celebre ser el presidente en activo «con más obra publicada» mientras se habla de un libro que evidentemente no has escrito, que probablemente no has leído y que sin embargo tú mismo celebras, con una seriedad que ni Javier Marías, «haber producido».
Bildu
Se confirma que la política vasca se adentra en un territorio desconocido: el candidato a lehendakari que en las próximas autonómicas además de vizcaíno será ingeniero no concurrirá por el PNV sino por Bildu. Lo anunció ayer Arnaldo Otegi: Pello Otxandiano, hasta ahora ideólogo en la sombra, pasa a ser aspirante a Ajuria Enea. Otxandiano tiene cuarenta años y prestigio de estratega. Se rumorea que lee libros. Y se subraya que, pese a la juventud y la formación, está en la ortodoxia de la izquierda abertzale. Alguien debía de pensar que al alto mando de Sortu uno llega regalándoles tazas de Mr. Wonderful a Arkaitz Rodríguez y David Pla. Lo curioso de Otxandiano es que, pese a la condición de 'pata negra', transmite una energía más tranquilizadora, como de cuadro capacitado del Podemos inicial. Todo son malas noticias para Elkarrekin Podemos. Aunque ellos sí podrán presentar una candidata a lehendakari, para que así al menos tengamos una. Es tan nuevo el territorio en el que se adentra la política vasca que Joseba Egibar ni se presenta a las autonómicas. Ocho legislaturas después. En la Torre de Londres se identifican ausencias menos significativas con la caída del reino.
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