Noches en llamas

Los disturbios en Francia causan como suelen una mezcla de estupefacción e interrogantes anticipatorios. Las preguntas tienen que ver en primer lugar con si, ante un coche que se da a la fuga, no conviene disparar antes a las ruedas o al motor que a la cabeza del conductor. A partir de ahí, las preguntas tienen que ver con el mecanismo de respuesta y el sentido que tendrá saquear una tienda de Nike o de Louis Vuitton, o quemar una biblioteca pública, para protestar contra un abuso policial de tintes aparentemente racistas. Reclamar tu propia ciudadanía saqueando la ciudad es una conducta cuando menos contradictoria. Aunque ni siquiera está claro que la lucha de los suburbios sea realmente republicana en los términos habituales de igualdad y fraternidad. La rabia es más poderosa que la ilustración y Francia siempre tiene algo de anticipatorio en términos de civilización, al menos para nosotros. Después de tres noches de fuego y violencia tras la muerte del joven tiroteado en un control policial, la ONU le pide a Francia que solucione los «profundos problemas de racismo» que comprometen a su Policía. Mientras tanto, 'Le Figaro' tiraba ayer de estudio demoscópico y concluía que lo ocurrido, con todas esas fotos furiosas e incandescentes, convenía sobre todo a un político francés: Marine Le Pen.

Después de asegurar por tierra, mar y aire que bajo ningún concepto gobernaría con Vox, María Guardiola anunció ayer que gobernará con Vox en Extremadura, cediéndole al partido de Abascal la consejería de Mundo Rural. Por más que la lideresa del PP pueda abrazarse a la corriente de pensamiento contemporáneo que establece que no debe confundirse la mentira con el cambio de opinión, apenas se entiende que su dimisión no haya sido inmediata. «Mi palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños», dijo ayer Guardiola aparentemente convencida de que al ciudadano puede colocársele sin problemas la chatarra más oxidada y defectuosa. Pero no debería funcionar así. Está muy bien que antepongas el futuro de los extremeños a tu propia palabra. Siempre que a continuación, tras haber faltado a tu palabra con los extremeños, anuncies que te retiras y que te vas a tu casa para siempre.

La inteligencia artificial es poderosa, pero falla en lo tocante a la creatividad, al toque humano. Los expertos parecen coincidir en que, si la potencia del invento es mucha, no lo es tanto su capacidad para la magia. Sería tranquilizador si no fuese porque todas estas conclusiones terminan indefectiblemente en la Red, que es el único pozo de sabiduría en el que abreva la inteligencia artificial. Quiero decir que cada diagnóstico es para la IA una lección. Deberíamos taparnos la boca como los futbolistas, comentar nuestras ventajas solo entre nosotros.