Ministros candidatos

En las últimas semanas la ministra de Educación se ha presentado a liderar el PSOE de Aragón y el ministro de Transformación Digital ha desembarcado en Madrid para vérselas con Ayuso. Ayer la ministra de Hacienda anunció en Sevilla que se presenta a la secretaría general de los socialistas andaluces. Pedro Sánchez ha desencadenado la 'Blitzkrieg' de ministros. Los envía a pelearle las autonomías al PP y consigue que los líderes locales se hagan sumisos a un lado. Sucede porque los partidos son organizaciones democráticas que funcionan en gran medida mediante el terror. Y porque, una vez exterminado, el líder local sabe que los puestazos póstumos no se consiguen solos.

Tal vez recuerden que Sánchez renació para devolverle la voz a la militancia enfrentándose heroicamente al aparato. Pues ahora el aparato es él y maneja una apisonadora para las contradicciones. Por eso ayer se vio a María Jesús Montero proclamar mitinera en Sevilla que Andalucía necesita elevar la voz mientras gestiona como ministra de Hacienda, sin elevar la voz, el privilegio fiscal a Cataluña. A favor de Montero, hay que decir que es una oradora fascinante que genera en quien la escucha emociones inesperadas. Por ejemplo, la necesidad de organizar expediciones de rescate para sacarla de los discursos extensos, inextricables y enfáticos en los que ella misma se adentra de un modo temerario. La campaña para las autonómicas de 2026 va a ser un espectáculo. La ministra de Educación, que es también portavoz del Gobierno y en sus ratos libres aspira a liderar el PSOE de Aragón y ganarle también esas autonómicas al PP, ha explicado el secreto para compaginarlo todo. Hay que planificarse bien.

Los clásicos sí que son un espacio seguro y es raro que yo le oiga a Miguel Ángel Rodríguez soltar la odiosa contracción 'p'alante' y no recuerde al instante a Palante, príncipe de los arcadios al que mató Turno con vibrante golpe, desencadenando la cólera del piadoso Eneas. Con ese material Virgilio escribió 'La Eneida'. Yo tengo que hacer lo que puedo con Miguel Ángel Rodríguez y Óscar López poniendo tuits.

El primero testificó ayer en el Supremo por lo del fiscal general y, para reforzar la apariencia de imparcialidad que hace fiable a un testigo, salió del tribunal soltándole a la prensa que el fiscal debe ser condenado «de manera ejemplar». López, por su parte, le glosó a MAR la declaración volviendo sobre lo del fiscal general desmintiendo bulos. Lo hizo anteponiendo a las falacias una introducción de cinismo desatado: «los hechos son los hechos». Por supuesto, el estratega de Ayuso aprovechó la expectación para decir que el fiscal general «va p'alante». Con lo bonito que hubiese sido que clavase sus ojos azules en una cámara y gimiese lo que Eneas frente a la hoguera funeral del buen Palante: «A otras lágrimas nos destinan todavía los crudos hados de esta guerra». Que además tiene toda la pinta de ser verdad.