Urgente Paso de gigante del Athletic hacia la Champions

La enfermera con cofia pidiendo silencio fue un clásico de la cartelería en hospitales y ambulatorios. La recuperación de esa clase de anuncios, pero sustituyendo ... a la enfermera por el lehendakari, concretamente por el lehendakari señalando con el índice al espectador como el Tío Sam o Lord Kitchener, podría estar entre las medidas que el Gobierno vasco aún no se plantea para conseguir médicos. El lema de la campaña podría ser: «¡Joven doctor! ¡Joven doctora! ¡Osakidetza y Euskadi os necesitan!». Y debajo, con tipografía bien visible, la pasta: 56.629 euros brutos de sueldo base anual.

Publicidad

Esperen, 56.629 más complementos. Es la cifra con la que Osakidetza quiere retener a los médicos formados en el País Vasco. La novedad es que también es la cifra con la que se quiere atraer a médicos jóvenes de otras partes de España. Los carteles con el lehendakari señalando al ciudadano deberían colocarse también en el resto de comunidades. Salvo en aquellas donde los médicos cobran más. No son muchas. Puede que solo Murcia, qué hermosas nóminas tienes.

Tenía que pasar. La falta de médicos es generalizada y las comunidades compiten por ficharlos. Un residente de Atención Primaria o Pediatría es ahora mismo como un central zurdo que mete quince goles por temporada. En el País Vasco a los residentes de último año incluso los visita personalmente el consejero de Salud. Para explicarles el futuro brillante que les aguarda en Osakidetza. Y para proceder a la detención del que comente que a él le gustaría ejercer en el extranjero. O en Murcia.

Es lógico que, por su formación y responsabilidad, los médicos estén bien pagados. También que un joven médico, además de dinero, quiera estabilidad. Lo misterioso es cómo nos quedamos sin ellos. Una sucesión de desgracias. Los profesionales que llevaban cuatro décadas trabajando comenzaron a jubilarse y fue imprevisible porque nunca se habían jubilado antes. Las plazas MIR se escatimaron y nadie le vio el problema a que el atractivo de la medicina de familia lo defendiese Emilio Aragón frente a las series norteamericanas de neurocirujanos. Y mientras tanto la población envejecía, obedeciendo misteriosas leyes demográficas aún por descubrir.

Publicidad

Alvise

Dinero y conspiración

No ha pasado un año desde que Alvise Pérez obtuvo tres escaños en las elecciones europeas y el joven agitador, ese hombre récord, ya ha obtenido dos causas penales por siete delitos en el Tribunal Supremo. Una de las causas tiene que ver con financiar su campaña con los cien mil euros que un empresario le dio aparentemente como pago por servicios futuros. La otra, con difundir una prueba de covid de Salvador Illa que recuerda por su falsedad trumpista aquella supuesta partida de nacimiento que demostraba que Obama no nació en Hawai, sino en Kenia. Resumiendo: el dinero y la desinformación conspiranoica. Son las caras de una moneda fraudulenta y peligrosa que sigue fuerte en el panorama internacional. Aunque resulte increíble. Alvise es la clase de estafador populista que cualquiera puede detectar a diez kilómetros de distancia. Obtuvo ochocientos mil votos en las últimas elecciones celebradas en España y lo primero que hizo el presidente del Gobierno fue incorporarlo a su discurso en el Congreso para culpar al PP del nacimiento de algo que llamó «internacional ultraderechista de tres hidras». La extraña suerte que tiene por ahora el país es que, con todo a favor, los 'outsiders' nos salgan más bien flojos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad