El 44% de los hombres españoles está muy o bastante de acuerdo en que ahora, persiguiendo la igualdad, se les discrimina a ellos. Habrán notado por el estruendo adverbial que el dato proviene de una encuesta. Concretamente, de la primera que el CIS hace sobre ... igualdad, pero por el lado de las percepciones. El detalle es importante. Y esperanzador. No serán tan machistas esos hombres si les llama el CIS y se ponen a hablar de sentimientos. Un 32,5% de las mujeres españolas perciben del mismo modo que se discrimina a los hombres. Lamentablemente, no sabemos a qué porcentaje del porcentaje eso le parece bien. Y aun así lo asombroso es que todos los encuestados hayan entendido la afirmación del CIS sobre la que debían pronunciarse. Aquí va: «Se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres que ahora se está discriminando a los hombres». Es un imposible lógico, pero todos conocemos el ascendente de las encuestas sobre los políticos. Así que no descarten que llegue hoy el telefonazo al Ministerio de Igualdad: «Mirad, lo que necesitamos ahora es una campaña para discriminar a las mujeres».

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La encuesta del CIS también muestra algunas certezas amplias y transversales. Menos mal. Por ejemplo, que la desigualdad ha disminuido en la última década o que la igualdad real de las mujeres no se conseguirá sin la implicación de los hombres. Al mismo tiempo, la revisión de las respuestas atendiendo a variables de edad e ideología revela dos evidencias. Una tiene que ver con que el antifeminismo es un estandarte del populismo de derechas. Y como tal se exhibe. La otra evidencia es hasta peor y confirma que quienes parecen sentirse más perjudicados por la causa de la mujer no son tanto señoros antediluvianos como jóvenes entre dieciséis y veinticuatro años. Es un dato como para pararse a pensar. A ver si el problema no va a estar en molestar a los amigos cincuentones del presidente sino en transformar las aulas y los patios en escenarios de guerra ideológica donde el estruendo se confunde estúpidamente con la victoria.

EE UU

Trump bajo la nieve

Hace cuatro años, en los 'caucus' demócratas de Iowa triunfó Pete Buttigieg, a quien seguro que no recuerdan. Le siguió muy de cerca Bernie Sanders. Y Joe Biden pareció abandonar toda esperanza de ser ni siquiera candidato presidencial cuando poco después una estudiante le preguntó por el fiasco en Iowa y respondió llamándola, aun no se sabe por qué, «soldado pony cara de perro mentiroso». Los 'caucus' no son lo que eran. Por más que los de Iowa propulsen a Trump entre la nieve y alejen la posibilidad de que se imponga en las primarias, no ya Nikki Haley, sino el clon indio y anticarismático de Trump: el joven millonario Vivek Ramaswamy. Cómo estarán las cosas que, según la legendaria encuesta del periódico de Des Moines, puestos a elegir entre Trump y un candidato demócrata, el 77% de los votantes republicanos de Haley se decantarían en noviembre por el demócrata. Este verano el presidente Biden volvió a soltar en una confusísima rueda de prensa lo del soldado pony. Luego explicó que es algo que le dice un explorador indio a John Wayne en una película que nadie ha podido localizar. Éramos más felices cuando no sabíamos qué eran los 'caucus' ni dónde está Iowa en general.

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